España bloquea en Kíev la inscripción de bebés de maternidad subrogada
Los padres denuncian que el cónsul les pide por sorpresa una sentencia de filiación
El debate sobre la maternidad subrogada se ha recrudecido en España. Y la disparidad de criterios sobre ese tema ha quedado más que evidente. Mientras algunos partidos políticos, como es el caso de Ciudadanos, abogan por legalizar esa práctica, expertos en derecho y ética comparan ese proceso para tener un hijo en un vientre prestado (así lo recoge un estudio hecho público el martes por la Universitat de Barcelona) con la esclavitud.
En medio de ese encendido debate han quedado atrapados al menos veinticinco matrimonios españoles que han tenido a sus hijos en Ucrania por gestación subrogada. La mayoría de esos bebés nacieron en diciembre y esas parejas estaban a la espera de que la oficina consular española en Kíev tramitara la documentación necesaria para poder regresar a sus casas con esos menores.
Una espera que se estaba haciendo ya muy larga para esos padres, que hace semanas vienen denunciando un cambio de comportamiento –aseguran que les estaban poniendo muchas trabas– entre los responsables de esa oficina consular a la hora de tramitar la documentación.
Aunque nada comparado con lo ocurrido ayer en esas dependencias con bandera española de Kíev. La sorpresa para esos matrimonios fue mayúscula, explican los damnificados, al enterarse a primera hora de la mañana que el Ministerio de Exteriores español pide ahora para poder sacar a esos bebés de Ucrania una sentencia de filiación que corroboré por esa vía judicial la paternidad de esos menores. “Jamás se había pedido en Ucrania ese requisito, por lo que la única interpretación que cabe ante este cambio de actitud es que España ha suspendido en Kíev la inscripción de hijos de padres españoles nacidos por gestación subrogada”, afirmaba a media mañana de ayer Amador en declaraciones a La Vanguardia desde la puerta de esa oficina consular. “Han cambiado las reglas del juego de un día para otro sin darnos ninguna explicación. Nos sentimos engañados y abandonados por nuestro país, que nos deja tirados sin poder sacar de aquí a nuestros hijos”, añadía este hombre.
Las tres parejas que tenían cita ayer con el cónsul español en Kiev (hacía meses que aguardaban esa entrevista) salieron de esa oficina consular sin poder inscribir a sus hijos. A todos se les entregó un auto en el que se informa que para obtener el pasaporte español de ese menor necesitan una sentencia de filiación. “Esto jamás se había pedido en este país a ninguna otra pareja”, ratificó Ana, cuyo marido, Fernando, es uno de esos padres a los que se negó ayer la inscripción de su hija.
El futuro que aguarda ahora a esas veinticinco familias no puede ser más incierto. Ayer una docena de esos padres y madres intentaron
“Han cambiado las reglas y nuestro país nos deja tirados sin poder sacar a nuestros hijos”, dice Amador
acceder sin éxito a la oficina consular de Kíev para exigir explicaciones. Al no dejarles entrar protestaron ante la puerta con sus pasaportes españoles en la mano.
Amador explica que una opción, ante este sorpresivo cambo de actitud de las autoridades españolas en Ucrania, es obtener un pasaporte de ese país para sus hijos. “Un trámite que intuimos podría demorarse varios meses y, además, al entrar en España deberíamos iniciar un proceso para confirmar la paternidad y obtener la nacionalidad española de nuestros hijos”, indica Amador.
Aunque más difícil se apunta para esas parejas, al no haber antecedentes, la obtención de la sentencia de filiación que ahora exige esa oficina consular. Embarcarse en esa opción retrasaría también varios meses la vuelta a casa de esas familias, algunas de las cuales empiezan a quedarse ya sin alojamiento, al cumplirse los plazos de estancia en apartamentos que tenían contratados con las agencias que han actuado de intermediarias en estos procesos de maternidad subrogada.
Estas familias anunciaron ayer que no descartan denunciar por prevaricación al cónsul español en Ucrania si se mantiene este bloqueo en las inscripciones de los bebés.