Francisco González cobró 5,1 millones su último año en el BBVA
El banco admite impacto ‘reputacional’ y económico por el caso Villarejo
El expresidente de BBVA, conocido en el argot financiero como FG, ganó 5,136 millones en el 2018, su último ejercicio como presidente al frente de la segunda entidad financiera en España. De ese importe, 2,475 millones correspondieron a retribución fija y 2,641 millones recibió como retribución variable. Esta última cae un 20% respecto a lo que el directivo percibió un año antes, debido a que la entidad financiera no cumplió los objetivos impuestos en dos mercado concretos, Turquía y Argentina. A esa retribución hay que añadir 20.000 euros que la entidad no especifica a qué corresponden. A ese montante de 5,136 millones de su último año en la presidencia hay que añadir los 80 millones que fue acumulando en su plan de pensiones y que retiró en el 2009. Ahora González se mantiene como presidente honorífico de la entidad.
Precisamente, en uno de los cuatro informes que el banco envió ayer a la CNMV reconoce por primera vez por escrito que el espionaje llevado a cabo por el excomisario Villarejo, a través de la empresa Grupo Cenyt, entre el año 2004 y el 2005 podría “tener un impacto reputacional o económico para el grupo”. En esos años, González era el máximo ejecutivo de la entidad. El banco recuerda que está llevando a cabo una investigación forensic, que ha encargado a PwC, junto a los despachos de abogados Garrigues y Uría. También especifica que colaborará “con las autoridades judiciales y los supervisores”. Y por último, apunta que “tampoco descarta la interposición de procedimientos o acciones judiciales o regulatorias contra el banco”. Es decir, que deja claro que tanto la Audiencia Nacional, como el Banco Central Europeo podrían entrar una vez que se conozcan los resultados de la investigación.
En cuanto a la remuneración de Carlos Torres generó una cantidad total de 4,512 millones por su condición de consejero delegado en el 2018. De ese importe, 1,965 millones corresponden a retribución fija; 2,993 millones a variable (un 15% menos que un año antes) y 154.000 euros corresponden a “otros conceptos” sin especificar. Asimismo, el BBVA realizó una aportación al sistema de previsión del consejero delegado de 1,6 millones de euros, que corresponde a la aportación anual para la jubilación fijada en el 2017. Para Torres, el banco mantiene la política en su plan de pensiones que poseía su antecesor, es decir, que cada año el banco va haciendo aportaciones. Hasta ahora, acumula 18,6 millones.También se preserva el plan de pensiones para el consejero González-Páramo.
Sin embargo, el nuevo consejero delegado, el turco Onur Genç, como directivo fichado con carácter internacional, no tendrá aportación a su plan de pensiones para la jubilación, pero recibirá una compensación que consiste en un 30% de su retribución fija anual y 600.000 euros en efectivo como complemento de movilidad. Genç recibió 2,2 millones de sueldo fijo y 0,98 millones de variable en el 2018 por sus anteriores cargos en la filial de Estados Unidos.
La política de remuneraciones de BBVA establece que el 40% de las remuneraciones variables debe ser satisfecho durante el primer trimestre del 2019, mitad en forma de acciones y la otra mitad en metálico. Mientras, que el 60% restante queda diferido y sujeto a indicadores plurianuales que pueden reducir e incluso llevar a cero dicha parte, nunca incrementarla. Esta parte de la retribución variable no se comenzará a cobrar hasta el 2022, por lo que quedará diferida por un periodo de cinco años y se dividirá en un 60% en acciones y el resto en efectivo. Asimismo, toda la remuneración variable está sujeta a cláusulas malus, que podrían limitar o impedir el cobro debido a posibles resultados de ejercicios negativos o malas praxis, y a cláusulas clawback, que podrían permitir a la entidad recuperar cantidades ya satisfechas.
De cara a este 2019, la retribución fija establecida es de 2,453 millones para Carlos Torres, ya como presidente, y de 2,179 millones para Onur Genç como consejero delegado.
El consejo de administración ha establecido una nueva política de remuneración para los tres próximos años, que tendrá que aprobarse en la junta de accionistas del próximo 15 de marzo. Entre las novedades figura que la retribución fija anual no podrá incrementarse más de un 5% de media anual.
El nuevo consejero delegado no tendrá plan de pensiones, pero recibirá una compensación anual