Fracaso comercial del gigante de los cielos
EL Airbus 380, el gigante europeo de los cielos, maravilla de la tecnología, el avión de pasajeros más grande jamás construido, que destronó hace doce años al Jumbo de la estadounidense Boeing, tiene los días contados. Contra todo pronóstico, no ha tenido el éxito comercial que se esperaba. Dejará de fabricarse en el 2021, según anunció ayer la compañía Airbus, aunque seguirá surcando los aires hasta que finalice la vida útil de los aviones en servicio.
La gran dimensión del A380, con una capacidad de transporte de hasta 850 pasajeros, se consideró en su momento una gran ventaja competitiva por la reducción de costes que suponía. Pero, paradójicamente, ello se ha convertido también en su principal problema, por la falta de versatilidad que supone, ya que sólo puede utilizar grandes aeropuertos para sus maniobras de despegue y aterrizaje. Le ha ganado la batalla un avión más pequeño, con un radio de recorrido similar, capaz de volar directamente de punto a punto desde cualquier aeropuerto del globo, como ha sido el 787 desarrollado por Boeing, que está teniendo un gran éxito de ventas. Tanto es así que Airbus se ha visto obligado a reaccionar con el lanzamiento del A350 para hacer frente a esta nueva competencia. La flexibilidad operativa que permite este tipo de aviones de nueva generación es lo que quieren las compañías de bajo coste, que son las que mayor éxito tienen en el mercado y quienes se han convertido en los mejores clientes de los fabricantes de aviones.
El fin de las aeronaves gigantes como el A380 y el Jumbo de Boeing, junto al éxito del nuevo tipo de aviones de mediana capacidad –unos trescientos pasajeros– y larga distancia, que permiten volar sin escalas, afectará también, de una u otra forma, a las estrategias que habían definido las grandes compañías aéreas tradicionales con sus grandes hubs aeroportuarios.
El A380 pasará a la historia, por tanto, como un fracaso comercial. Airbus no supo intuir el cambio que se avecinaba en el transporte aéreo. Tenía previsto fabricar 1.300 aviones de este modelo en veinte años y, finalmente, se habrán quedado en apenas 274. La última estocada ha sido la anulación de un gran pedido que había efectuado la compañía aérea Emirates. Las cuentas de Airbus acusarán el golpe pero el éxito que tiene con los otros modelos de aviones, incluido el nuevo A350, le permitirá sobrevivir, según declaró ayer el presidente de la compañía. Sin embargo, en el plazo de tres años, será necesario reajustar la plantilla de trabajadores en unas 3.500 personas, algunas de ellas en España. La apuesta del A380 ha llegado a su fin.