La ideología y los hechos
Es una de las escenas más surrealistas que se vieron ayer en la sala donde tiene lugar el juicio a los líderes independentistas catalanes: la incomprensión del fiscal y de la abogada del Estado ante las respuestas de Joaquim Forn distinguiendo entre su “compromiso político” de apoyo al referéndum y sus “actividades y competencias como conseller” responsable institucional de los Mossos d’Esquadra. Forn lo tuvo que explicar varias veces, como tuvo que recordar también una obviedad: que la policía catalana es un cuerpo dirigido por mandos profesionales que siguen criterios y protocolos estrictamente técnicos, algo que quedó perfectamente acreditado –por ejemplo– a raíz de los atentados yihadistas de agosto del 2017 en Barcelona y Cambrils. Fiscal y abogada del Estado parecían muy interesados en establecer –como fuera– que la condición de político independentista del acusado había influido de manera determinante en las cosas que habían hecho o dejado de hacer los Mossos d’Esquadra durante los días más críticos que desembocan en la declaración de independencia.
¿Cuál es la lógica de esas preguntas? ¿Un ministro del Interior del PP, como era Zoido, marcó ideológicamente o no las actuaciones de la Policía Nacional y la Guardia Civil? Seguro que aquí hay un debate, a la luz de ciertas declaraciones del personaje. ¿El actual ministro del Interior, Grande Marlaska, marca ideológicamente o no a los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad? ¿El sesgo que se insinúa de Forn sólo vale si se trata de un político independentista pero no vale si hablamos de un político popular o socialista? ¿Y qué ocurre con los políticos del PNV que han sido y son responsables de esta materia en el Gobierno
Forn explicó la diferencia entre compromiso político y sus competencias y actividades como conseller
vasco? ¿Son dudosos o son fiables a ojos de la Fiscalía? ¿Hay ideologías que impiden ser conseller de Interior y no nos lo habían dicho? Hay que recordar que Forn también fue el máximo responsable político de la Guardia Urbana de Barcelona, una tarea que desplegó con eficiencia. Forn es independentista desde joven y, al mismo tiempo, ha sido un titular competente de una cartera muy delicada y compleja, como es la de Interior. Me consta que este conseller nunca perdió de vista su alta responsabilidad ni eludió la prudencia, ni en las horas más graves que vivió este país.
“No se juzgan ideas, se juzgan hechos”, han dicho y repetido el juez Marchena y otros magistrados. “El problema no es ser independentista”, remarcan, pero el fiscal pregunta a Forn si es socio de Òmnium Cultural, como si esta admirable entidad cultural fuera una organización armada clandestina; ¿por qué no le preguntaba también si es socio del Barça o del RACC? Llevamos pocos días de juicio y habrá que estar atentos. Con todo, de momento, parece que las acusaciones tienen más ganas de utilizar la sierra mecánica que el bisturí.