Los móviles toman el museo
Un grupo de artistas digitales pone al usuario de la tecnología frente al espejo
Enfrentarse a un teléfono en la sala de un museo genera una reacción inicial de extrañeza. El desconcierto es total cuando ese mismo móvil permite interactuar y te rechaza como propietario porque la inteligencia artificial lo ha dotado de la capacidad de decisión que hasta ahora únicamente creíamos tener los humanos.
No se trata de una distopía, sino de una obra de arte de la exposición colectiva Nuestra sencilla relación con la tecnología, que se puede visitar hasta el 16 de marzo en el Disseny Hub de Barcelona. La muestra fue inaugurada ayer como pistoletazo de salida de la Mobile Week, un conjunto de actividades culturales y divulgativas organizadas por la Mobile World Capital durante los días previos al gran congreso de la telefonía móvil en Barcelona.
El teléfono que acepta o rechaza a su potencial propietario como si fuera un usuario de Tinder es una de las 14 obras que integran tecnología e innovación en sus creaciones para “hacer reflexionar y pensar sobre el futuro a los visitantes”, según el director de la Mobile Week, Esteban Redolfi. Le acompañan trajes inteligentes equipados con sensores y cámaras que reaccionan frente al ser humano que tienen delante. Uno de ellos despliega una aparatosa coraza cuando detecta alrededor un estado de ánimo agresivo, otro da calor o frío en la espalda del que lo lleva puesto en función de las emociones leídas por los sensores.
La incorporación de una exposición previa al Mobile World Congress es el tercer año que se lleva a cabo y cada vez es una propuesta más sólida, con obras de mayor calidad y que articulan un discurso claro. La reflexión sobre el impacto de la tecnología en la vida cotidiana de los visitantes y en sus emociones es el denominador común de la muestra de este año, que repite escenario después de una primera edición en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), donde estaba más cerca físicamente de la feria pero muy lejos conceptualmente de las obras que le rodeaban. En la parte inferior del Disseny Hub el visitante avanza en un espacio en el que se combinan los espacios oscuros con la luminosidad.
El recorrido entre aparatos tecnológicos también sirve como aviso a navegantes de lo que puede acabar saltando del museo a la realidad. En cierta manera es lo que ya pasa con los emoticonos, creados con todas sus variantes para expresar nuevas necesidades de los usuarios de las redes sociales. Albert Barqué-Duran inventó uno nuevo durante la inauguración de la exposición celebrada ayer por la tarde. El artista llenó de color una gran escultura en forma del típico rostro de los emoticonos. Eso sí, con unas características faciales únicas, creadas a partir del análisis de los visitantes del museo en lo que Barqué-Duran define como “el resultado de la percepción de emociones unida a algoritmos”.
Las obras que se pueden visitar en la muestra han sido seleccionadas por un jurado especializado formado entre otros expertos por Rosa Ferré, directora del Matadero Madrid. No ha habido limitaciones creativas ni técnicas y se combinan planteamientos más clásicos con otros totalmente ligados a la tecnología. Destacan entre ellos la voz sintética que recita cada 4 minutos y 33 segundos la localización geográfica a partir del GPS del teléfono de Miguel Solimán López y la instalación interactiva de Mónica Rikic, en la que se recrea el tendedero clásico de un patio de luces pero donde los vecinos han sido reemplazados por unos curiosos cacharros que van soltando rumores a partir
EL TELÉFONO TIENE EL PODER
La muestra colectiva reflexiona alrededor del impacto de la tecnología en los sentimientos y la cotidianeidad de los humanos
EL VISITANTE QUEDA SOMETIDO
Las obras expuestas en el Disseny Hub crean una reacción de extrañeza que invita a pensar en el futuro
de los datos obtenidos de los usuarios que sigue la artista en sus redes sociales.
“Son obras que miran al futuro pero también a un día a día que convive con elementos del pasado”, apunta Redolfi frente a una calculadora de aspecto clásico que en lugar de llevar la contabilidad tradicional recoge el precio al que cotizan las criptomonedas. A las diez creaciones de artistas nacionales e internacionales seleccionadas por la Mobile World Capital Barcelona se le han sumado cuatro obras invitadas que forman parte de la colección Beep de arte electrónico, uno de los catálogos más importantes y respetados de Europa en este ámbito, resumiendo de forma diversa las tendencias de los medios tecnológicos en las prácticas artísticas.
Más allá de esta exposición, la Mobile Week empieza hoy un intenso programa con más de 80 actividades, todas ellas gratuitas, entre las que hay conferencias con ponentes internacionales entre los que hay artistas, científicos, filósofos, ingenieros y emprendedores. En paralelo a las charlas se han organizado talleres que promoverán experiencias participativas y actividades familiares para despertar vocaciones tecnológicas. Se reparten por centros cívicos y equipamientos públicos de todos los distritos de Barcelona, así como por ciudades del área metropolitana y otros puntos de la geografía catalana.