El Barça esperó su momento
Un 13-0 en la recta final sentenció la clasificación para semifinales ante un gran Valencia
Se machacará el Valencia por haber desperdiciado una oportunidad única para escribir un capítulo de oro en la Copa del Rey. Y no le faltará razón. Pero se topó en el WiZink con un Barça Lassa que se manejó sobre el parquet como una leona en la selva. Estudió a su víctima, fue paciente y asestó el golpe definitivo cuando nadie lo esperaba. Jugarán los azulgrana las semifinales y lo harán tras firmar uno de esos triunfos que van más allá del marcador. Supieron sufrir, aguantar las oleadas de un Valencia sublime, y esperar su momento. Un parcial de 13-0 en la recta final les condujo hacia semifinales, donde les espera el Tenerife mañana (19 horas).
Había remarcado Pesic una y otra vez antes de la Copa que en lo único que quería pensar era en el Valencia. El primer error hubiera sido ir más allá de los cuartos de final. A pesar de los avisos, no entró bien el Barcelona en el partido, superado por las ganas de los taronja. Thomas empezó haciendo mucho daño en la pintura azulgrana, firmando siete puntos ya en el primer cuarto. El equipo de Ponsarnau estaba más cómodo sobre el parquet, mientras Pesic intentaba agitar a los suyos a base cambios. Pero el Barça estaba atascado en ataque y muy errático en los triples, la mejor manera que tenía de intentar maquillar ese mal inicio.
Fue Tobey el que cogió el relevo de Thomas para acribillar a los azulgrana con todo tipo de tiros –interiores, exteriores y desde el tiro libre–. Un espectáculo el neoyorquino, que mandó al rival al primer descanso ocho puntos abajo. Sólo Tomic había intentado plantar algo de cara, batallador el croata, aunque no demasiado acertado.
El triple de Tobey con el que se inauguró el segundo cuarto (1324, minuto 11) no auguraba nada positivo para los azulgrana. Pero Pesic ordenó apretar las clavijas en defensa y el Valencia pareció un poco perdido por momentos. Cometió cuatro faltas en apenas dos minutos, varias en ataque, pero el Barça no supo aprovechar esa circunstancia para acomodarse en la línea de tiro libre como un turista lo hace en una hamaca.
El conjunto azulgrana, bien comandado por Heurtel y un Hanga que hasta se vistió de base por momentos, empezó a trabajar el marcador y a igualar las cosas en el WiZink. Un triple de Ribas situaba el 31-31 (minuto 16), una igualdad momentánea pero que evidenciaba la mejora del Barça. Singleton daba con la tecla para frenar el cabal ofensivo de Thomas, en lo que se dibujaba como un choque de auténticos titanes.
La igualdad se mantuvo en un tercer cuarto en el que la misión del Barça pareció ser recuperar el mando en el marcador. Lo intentó con el espíritu de Ribas y con los triples de Singleton, pero la respuesta del Valencia llegaba siempre de inmediato. Los triples de Dubljevic y Van Rossom evitaban el sorpasso y el partido llegaba al último cuarto con la espadas en todo lo alto (58-58).
Los 28 minutos después de su última ventaja, una canasta de Oriola situaba el 60-58 temporalmente en el luminoso. Fue casi un espejismo, porque la reacción del Valencia fue furibunda para recuperar el mando y apagar la reacción que había comandado Heurtel. Nada iba a ser fácil para nadie, ni siquiera en los cuartos de final de una Copa siempre impredecible. Esperaba el WiZink un final igualado, acaso la primera prórroga del torneo. Pero apareció Hanga para firmar dos triples consecutivos, Tomic para bloquear a Dubljevic y Ribas con un 2+1 para señalar el camino hacia semifinales y sembrar la depresión en un Valencia que había rozado la hazaña. Pero la leona azulgrana tiene hambre y no le dejó salida a su víctima. El campeón quiere repetir, aunque sea en territorio hostil.
REGULARIDAD FRANCESA Heurtel se enchufó desde el primer minuto que estuvo en pista y salió al rescate en varias ocasiones
EL VALENCIA SE BLOQUEA Tras mandar durante casi todo el partido, el aro se empequeñeció al final para los de Ponsarnau
UNA LEYENDA
Navarro recibió un homenaje de la ACB al descanso y el cariño de casi todo el WiZink