Ampliar la inestabilidad perpetua
La última vez que Ernesto Valverde renovó por el Athletic (2015) dijo: “Las victorias en el Athletic saben mucho mejor que en otros sitios y las derrotas duelen muchísimo más que en otros sitios”.
Coherente con esta máxima con denominación de origen Bilbao, su renovación lo sitúa en otra fase, con un desgaste emocional menor pero con la responsabilidad de saber que entrena un equipo en el que el resultado es mucho más vinculante que “en otros sitios”. Valverde ha demostrado ser lo bastante inteligente para no caer en aspavientos de épica barata. La prueba es que comenta su renovación con el mismo (escaso) entusiasmo con el que podría estar despidiéndose, consciente de que en las próximas semanas la estabilidad será determinante para la salud mental del equipo y del club. Poco después de llegar al banquillo del Barça, Valverde ya diagnosticó que la diferencia de entrenar a un equipo de este nivel es el hábito competitivo de su plantilla. Y que eso obliga al entrenador a saber mantener una distancia madura entre la eficacia en el control colectivo del vestuario y un nivel de autonomía individual agravado por el plenipotenciario resplandor de jugadores como Messi.
Renovar le permitirá no tener que responder a preguntas sobre si renovará y poco más, porque Valverde sabe que en el fútbol actual los contratos son el equivalente a un purgatorio, siempre provisional, que te acerca al cielo o al infierno en función de los resultados. Ayer Valverde marcó un buen punto de partida: renovado antes de la fase más decisiva de la temporada. Las preguntas, en cambio, llevaban la carga de sensacionalismo dramático especulativo habitual, sobre qué pasará si pierde tres partidos seguidos y otros presagios recreativamente siniestros. Por suerte, Valverde ya sabe cómo funciona el espectáculo aunque, fugazmente, debió pasarle por la cabeza arrepentirse de haber firmado. Por cierto: el lenguaje futbolístico evoluciona y la antigua manera de definir este ritual como renovación se ha visto superada por la fórmula de ampliación de contrato.
Renovar permitirá a Valverde no tener que volver a responder cuándo renovará y poco más