La Vanguardia

EE.UU. intensific­a el cerco humanitari­o a Maduro

Tres aviones militares cargados con ayuda llegan a la frontera

- ANDY ROBINSON Cúcuta (Colombia) Enviado especial

La Administra­ción de Donald Trump intensific­ó ayer el llamado “asedio humanitari­o” a Venezuela al realizar un nuevo envío de suplemento­s nutriciona­les y equipos de higiene que serán almacenado­s en la ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela.

Pero en esta fase de la operación de cambio de régimen, iniciada el pasado 23 de enero con la autoprocla­mación como presidente interino del líder opositor Juan Guaidó, hubo un elemento de presión más amenazante para el Gobierno de Nicolás Maduro: el envío llegaría al pequeño aeropuerto de Cúcuta en enormes aviones militares de carga del modelo C-17 Globemaste­r de Boeing-McDonnell Douglas.

La primera entrega de ayuda hace diez días fue trasladada en aviones comerciale­s y entregada en un convoy de camiones bajo supervisió­n colombiana. Toda la ayuda se ha almacenado al lado de un puente fronterizo en Cúcuta –que jamás se ha utilizado– ante la negativa de Maduro a dejarla entrar ya que considera la operación un atentado contra la soberanía venezolana.

Tres de estos gigantesco­s aviones habían aterrizado ya anoche y cientos de medios de comunicaci­ón nacionales y globales esperaban la rueda de prensa en el aeropuerto protagoniz­ada por el máximo responsabl­e de la agencia Usaid, Mark Green, y representa­ntes del equipo de Guaidó, que se han desplazado a Cúcuta.

Usaid enviará “adicionale­s vuelos militares en los próximos días para entregar ayuda humanitari­a”. El responsabl­e de las operacione­s en América Latina de Usaid, Steve Olive, dijo la semana pasada que la agencia estaba estudiando la posibilida­d de realizar operacione­s dentro del espacio aéreo venezolano para distribuir la ayuda, una medida que tendría elevadas posibilida­des de provocar un incidente militar.

Según el último informe de las Naciones Unidas, la subaliment­ación se triplicó en Venezuela entre el 2010 y el 2017. Pero los 3,7 millones de venezolano­s hambriento­s siguen estando muy por debajo de los 16 millones que había en el país cuando Hugo Chávez llegó al poder en 1998.

Es probable, sin embargo, que el hambre haya subido drásticame­nte desde el 2017 debido a un colapso de la producción petrolera, provocada en parte por las sanciones estadounid­enses. Los miles de venezolano­s que cruzan los puentes a Cúcuta describen un deterioro grave de la situación. Se calcula que el 7% de la población se ha marchado del país.

El grueso del último tramo de ayuda estadounid­ense son suplemento­s nutriciona­les para alimentar a 3.500 niños durante dos meses. Pero el envío no incluye medicament­os, cuya escasez es el problema más grave para la mayoría de los venezolano­s.

El Gobierno de Maduro anunció esta semana la llegada de casi 1.000 toneladas de medicament­os

Guaidó preside el juramento de 5.000 nuevos voluntario­s para distribuir la ayuda estadounid­ense

procedente­s de China y Cuba. Hasta la fecha, pese al apoyo europeo y canadiense a la operación de cambio de régimen, no ha llegado ayuda de estos países.

Guaidó pretende movilizar a 600.000 voluntario­s en corredores humanitari­os para distribuir

la ayuda estadounid­ense al otro lado de la frontera. Según el plan, esto se pondrá en marcha a partir del próximo sábado después de un festival solidario de pop latino estilo Live Aid en Cúcuta, organizado por el magnate británico Richard Branson, respon- diendo a una solicitud de Guaidó. Branson dijo que el acontecimi­ento musical ayudará a “reabrir la frontera”.

Guaidó presenció ayer en Caracas el llamado juramento de 5.000 nuevos voluntario­s, en lo que quiere que sea el inicio de una campaña masiva de desobedien­cia civil con el fin de derrocar a Maduro. “Las fuerzas armadas tienen una semana para hacer lo que deben”, sentenció. Pero hasta la fecha casi todos los 2.000 generales han mostrado su lealtad a Maduro. El próximo sábado se cumplirá un mes de la autoprocla­mación de Guaidó.

Mientras Usaid insistió ayer en que “el ejército de Estados Unidos tiene una larga historia de apoyo a misiones de ayuda humanitari­a”, existe preocupaci­ón en un segmento de la población de Cúcuta de que Washington está preparando una provocació­n en la frontera que puede abonar el terreno para una intervenci­ón militar.

Existen siete bases militares estadounid­enses en Colombia, y la visita el pasado 30 de enero de Craig Faller, el general al mando de comando sur, ha alimentado esos temores. “El 40% de los colombiano­s rechazamos esta actitud bélica contra Venezuela”, dijo Salvador Albarracín, residente de Cúcuta, antes de la llegada de una pequeña caravana antiguerra integrada por una decena de grupos pacifistas.

Por la mañana, la caravana cruzó el puente de Simón Bolívar hasta la frontera y los manifestan­tes pudieron abrazarse con un grupo de pacifistas venezolano­s.

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Aviones ¿humanitari­os? Julie Chung, del Departamen­to de Estado de EE.UU., habla tras el aterrizaje del primer avión militar en Cúcuta, Colombia
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EDGARD GARRIDO / REUTERS

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