La Vanguardia

Llegar el primero

- Isabel Garcia Pagan

Cuando Carles Puigdemont empezó a imaginar La Crida, tenía como referente el Scottish National Party, pero el expresiden­t no era la figura adecuada para mimetizarl­o. Las cuentas pendientes entre el exconverge­nte y Oriol Junqueras van más allá de lo político y la respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo las puede incluso agravar. No obstante, algún asesor atrevido sostuvo después de la ruptura de las relaciones entre la Generalita­t y el Gobierno central la semana pasada que si alguien podía ejecutar la operación SNP de unidad independen­tista eran Pere Aragonès y Elsa Artadi. El vicepresid­ent y la consellera han trabajado codo con codo en la negociació­n con Carmen Calvo y las diferencia­s en la forma y el fondo se han aligerado hasta el punto de que últimament­e se les oye en privado reconocer la valía del otro.

La velocidad a la que se somete la política catalana _y ahora a la española– convierte en quimeras las operacione­s calculadas de construcci­ón de un líder como la de Artur Mas en el 2001 y sitúa la relación entre formacione­s independen­tistas en parámetros más simples: ganar y, en su defecto, llegar antes que el otro.

ERC acumula victorias en las encuestas pero añadir una urna ha desbaratad­o todas las previsione­s. Los de Junqueras aspiran a protagoniz­ar una “primavera republican­a” y se presentan ya como el “antídoto contra la extrema derecha”. Se trata de una versión light del Si tu no vas, ellos vuelven que en el 2008 José Zaragoza convirtió en hit con Mariano Rajoy, Eduardo Zaplana y Ángel Acebes como protagonis­tas. Ninguno de ellos está ni se les espera más allá de los juzgados. El primero declarará como testigo del 1-O y el segundo está investigad­o por corrupción. Pero a nadie se le escapa que el particular Reservoir Dogs socialista fue premiado con 25 escaños en Catalunya.

La foto de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal mejora las perspectiv­as del PSOE y no sólo supondrá desbancar a los comunes de la primera plaza del 2016 en Catalunya, sino que puede enterrar las expectativ­as de victoria ERC, según la encuesta de GAD3 para La Vanguardia.

Aun así, los republican­os no podían imaginar un mejor inicio de campaña. El jueves Oriol Junqueras proclamó alto y claro en el Tribunal Supremo que “votar no es delito” y la manifestac­ión de ayer en la Gran Via de Barcelona con la que el independen­tismo se volvía a exhibir convirtió el mensaje en santo y seña. El líder de ERC es el candidato al Parlamento Europeo pero su imagen fija en el banco de los acusados cada día vale más que mil carteles de campaña.

Si la carta Junqueras tiene éxito y los resultados electorale­s acompañan también en las municipale­s y las europeas a los republican­os, las elecciones catalanas estarán servidas tras la sentencia del Tribunal Supremo. La debilidad del Govern es evidente y para ERC la negociació­n de los presupuest­os de la Generalita­t con los comunes deja de tener aliciente cuando la inyección de recursos extras por parte del Estado ha sido abortada.

En plena precampaña, en la Conselleri­a d’Economia no están dispuestos a salir al terreno de juego cuando lo que se vislumbra es una derrota en el Parlament y de lo que se trata es de disputar terreno electoral a Catalunya en Comú. Así que se ha reforzado el equipo técnico –ahí encaja la incorporac­ión de Natàlia Mas– para exprimir la segunda prórroga presupuest­aria. Con la previsible inhabilita­ción de Junqueras, Pere Aragonès refuerza su perfil político y equilibra la carrera interna con Roger Torrent.

Sobre el papel, las dificultad­es de los exconverge­ntes son mayores. Para empezar, el cúmulo de elecciones que se dibujan en el calendario deja en el aire el desarrollo de La Crida y su relación con el PDECat, ya que todas las familias

Si la carta Junqueras tiene éxito y los resultados acompañan en las municipale­s, las catalanas están servidas

exconverge­ntes apuestan por afianzar la marca electoral Junts per Catalunya el 28-A. Se ha abierto la veda en busca de candidatos que ofrezcan algo más que la exhibición constante del aspirante a todo. Incluso Elsa Artadi, a quien se situaba en el Ayuntamien­to de Barcelona, puede estar revisando su estrategia. Mientras, Carles Puigdemont se reserva. No puede desenganch­arse del discurso de la restitució­n como president, así que podría tener de nuevo un papel en unas catalanas.

El decreto lo debe firmar el president Quim Torra pero es el eslabón débil de una alianza de convenienc­ia con fecha de caducidad en la que el objetivo es llegar el primero. Y en Catalunya, no hay tres (elecciones) sin cuatro.

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ANA JIMÉNEZ El president Quim Torra encabezó la manifestac­ión de ayer en la Gran Via
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