Ciudadanos rechaza cualquier pacto con el PSOE tras el 28-A
Rivera sí prevé compromisos con los socialistas en municipios y autonomías Sánchez no descarta un acuerdo postelectoral con los partidos independentistas
En la partida del 28 de abril Ciudadanos ha decidido hacer un “movimiento andaluz”, con la esperanza de calcar el guion que desalojó sin piedad a Susana Díaz del palacio de San Telmo. Si antes de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre Albert Rivera rompió todos sus lazos con Díaz –después de casi cuatro años en los que Ciudadanos fue su sólido sostén parlamentario–y presentó los comicios como una suerte de plebiscito a la figura y obra de la presidenta socialista, ahora los liberales dibujan los comicios del 28-A como una reválida general al “sanchismo”.
Después de un fin de semana en el que todos los partidos empezaron a prefigurar su discurso de campaña, en el que se vislumbra un choque multipartito sin concesiones ni prudencia pensando en los acuerdos postelectorales, la ejecutiva de Cs apoyó ayer por unanimidad rechazar cualquier tipo de acuerdo con Pedro Sánchez tras el 28-A. “Ningún voto que vaya a Cs va a servir para que Sánchez siga como presidente del Gobierno; no apoyaremos ni a Sánchez ni al PSOE, ya que Sánchez es el PSOE y el PSOE es Sánchez”, declaró el secretario general de Cs, José Manuel Villegas.
El argumento de Cs para rechazar un posible acuerdo que, según los sondeos aparecidos el pasado fin de semana, es un escenario postelectoral plausible, no deja espacio a los matices: no apoyarán a ningún dirigente que haya pactado y gobernado con “separatistas y populistas”.
Con este anuncio formal, sin firma ante notario pero con los medios de comunicación y las redes sociales levantando solemne acta, los liberales quieren aprovechar esa corriente transversal de malestar con el presidente del Gobierno que, aseguran, existe en la sociedad española. Así, Ciudadanos no entrará a batallar en el eje izquierda-derecha, sino que buscará capitalizar, frente al PP y Vox, el eje anti-Sánchez con un discurso “menos frentista” que el de Pablo Casado y el de Santiago Abascal.
“Votar a Cs servirá para abrir una nueva etapa de futuro y enviar a Sánchez y al PSOE a la oposición”, afirmó Inés Arrimadas. Para los liberales, se trata de liderar un movimiento amplio y socialmente “poroso” contra la posibilidad de que el todavía presidente continúe en la Moncloa tras el 28-A; pero también pretenden –recuperarando el debate de la vieja y la nueva política– convertirse en la oposición elec- toral que supere las siglas y el marco mental del bipartidismo. En definitiva, huir como sea de la indefinición, en una campaña electoral que se promete en general muy polarizada y de trazo grueso, es casi una obsesión de los estrategas de campaña liberales.
Pese a la unanimidad de la votación ayer en la ejecutiva de Cs, la apuesta de no pactar con el PSOE suscita dudas en no pocos dirigentes de la formación naranja. Entre otras razones, apuntan, porque ni Andalucía es el conjunto de España, ni Sánchez es Díaz.
Por el momento el veto a Sánchez y al PSOE no es extensible a las municipales y autonómicas de mayo, entre otras razones porque las encuestas señalan que socialistas y liberales pueden verse condenados a acordar no pocos gobiernos de ayuntamientos y autonomías.
Otra decisión tomada ayer por Cs es que no pactará con el PP una alianza de cara al Senado, como había planteado Pablo Casado. “No nos planteamos ese tipo de posibilidades de acuerdo, nos separan muchas cosas del PP”, subrayó Villegas.
Por otro lado, desde ayer esta abierto el proceso de primarias interno para elegir el candidato a las generales y también los cabezas de lista.
MALESTAR CON EL PRESIDENTE
Rivera busca capitalizar el eje anti-Sánchez pero con un discurso “menos frentista” que PP y Vox
NO AL PP EN EL SENADO
Cs rechaza formar con los populares una alianza para el Senado, tal como quería Casado