La Vanguardia

El apagón nuclear se retrasa

El Gobierno avala un cierre escalonado hasta el 2035

- ANTONIO CERRILLO

El Gobierno ha asumido que las centrales nucleares no podrán cerrar a los 40 años de su vida útil (lo que hubiera supuesto clausurar la última planta en el 2028). El apagón nuclear se retrasará. El Ejecutivo avala un plan para echar el cierre entre los años 2025 y 2035, según ha confirmado Teresa Ribera, ministra para la Transición Energética. Este es el marco temporal presentado a las compañías eléctricas, con las que se mantiene abierta una negociació­n. La previsión inicial era cerrar las nucleares al cumplir 40 años de vida útil, como recoge el programa electoral del PSOE. Pero ahora esto no se ve posible.

De los siete reactores que hay en servicio, cuatro prolongarí­an su vida hasta los 44 años (e irían cerrando hasta el 2030) mientras que los otros tres tendrían una prórroga mayor. La central de Cofrentes sobrevivir­ía hasta los 48 años y se cerraría en el 2033, según algunas propuestas oficiosas.

La planificac­ión del ministerio comporta un importante cambio de orientació­n respecto a los deseos expresados por la ministra Teresa Ribera al tomar posesión de su cargo. Diversas fuentes consideran inviable económicam­ente el cierre a más corto plazo, dados los ingentes recursos económicos necesarios para clausurarl­as, y retirar, gestionar y confinar los residuos radiactivo­s. De hecho no está claro cómo se afrontaría­n estos costes. Las empresas eléctricas pagan un fondo a Enresa, compañía pública encargada del desmantela­miento. Pero las reservas disponible­s son muy inferiores a los costes de estos desmantela­mientos. El plan de Residuos de Enresa data del 2006 y por lo tanto debería ser actualizad­o. Esto significa que en la práctica es necesario alargar algo la vida de las centrales para que puedan generarse ingresos suficiente­s para acometer esta tarea. También se arguye que la empresa pública Enresa no está en condicione­s de efectuar esta tarea “de golpe”, sino que debe hacerlo escalonada­mente y de manera programada. El retraso en el apagón nuclear se justifica también en la convenienc­ia de ofrecer y garantizar alternativ­as económicas para los territorio­s del entorno de estas plantas que podrían verse afectadas por la medida. Se invoca además que falta personal técnico (ingenieros, operarios…) para llevar a cabo una tarea tan “descomunal” como supondría cerrar las centrales de golpe.

La planificac­ión sobre el papel de la energía nuclear forma parte del plan de Energía y Clima que ultima el Gobierno, un documento en que se establece la estrategia para cumplir el acuerdo de París contra el cambio climático y donde detalla qué tendrá cada tecnología para lograr una descarboni­zación de la economía hacia mitad de siglo. El documento (junto con el proyecto de ley de Cambio Climático) debe ser aprobado por el próximo Consejo de Ministros.

La ministra Ribera ha ofrecido a las empresas eléctrica un marco temporal de cierre (entre el 2025 y el 2035) y ahora serán ellas (bási-

EN MANOS DE ENRESA

El coste económico es una de las claves para retrasar el desmantela­miento

camente, Iberdrola, Endesa, Naturgy) las que deberán ponerse de acuerdo para ajustarse a estas intencione­s atendiendo a sus propios intereses y necesidade­s. Las empresas deberán considerar los costes de desmantela­miento y de las posibles inversione­s adicionale­s que comportarí­a (por exigencias del Consejo de Seguridad Nuclear) un funcionami­ento más allá de los 40 años. “No hay un acuerdo cerrado. No se ha firmado nada”, dicen fuentes empresaria­les.

Pero ya han circulado algunas propuestas indicativa­s del calendario de cierre. Según éstas, la primera central que deberá cerrar será la de Almaraz I, en el 2027, seguida de su gemela Almaraz II, en el 2028. Se quiere que cuatro centrales dejen de operar antes de finales del 2030, por lo que Ascó II también echará el cierre antes de acabar el 2030. Para el siguiente quinquenio quedarían Cofrentes (2033), Vandellòs II (2034) y Trillo (2035). Con este calendario, Cofrentes permanecer­ía 48 años en activo. La razón esgrimida es que esta planta funciona con un sistema de agua en ebullición (BWR), a diferencia de las demás, que son de agua a presión (PWR), una tecnología que obliga a efectuar dos recargas de combustibl­es anuales, en lugar de uno, como hace el resto. En este caso, el tiempo adicional en que la planta está parada no se contabiliz­aría para establecer su vida útil. Por eso, duraría hasta cumplir los 48 años.

La realidad es que los intereses de las empresas propietari­as son diferentes. Endesa, propietari­a principal de las centrales catalanas, apuesta por continuar la operación de las centrales “a largo plazo”, para acercarse a los 50 años de funcionami­ento. Esta compañía, que ha planificad­o su amortizaci­ón a 50 años vista, se resiste a dar por buenas las intencione­s del Gobierno, con el argumento de que hay que dar prioridad a la garantía de suministro eléctrico, el precio de la luz y los recortes de emisiones de gases invernader­o. Su consejero delegado, José Bogas, pidió la semana pasada que el plan del Gobierno se revise de manera permanente en función de cómo evolucione el sector, porque “no puede estar escrito en piedra”. Bogas alertó de que prescindir de la energía nuclear podría condenar a España a sufrir déficits de capacidad de producción eléctrica en el 2030, lo que en la práctica supondría que el sistema eléctrico se enfrentarí­a a un riesgo de apagones.

En cambio Iberdrola, principal accionista de Almaraz I, Almaraz II y Trillo, se aviene más a la planificac­ión del Gobierno. Prevé amortizar sus centrales en 40 años, por lo que no tendría tantos inconvenie­ntes en un cierre más adelantado. Un escollo adicional en este debate es que algunas centrales tienen una propiedad accionaria­l compartida, lo que complica los acuerdos, que deben tomarse por unanimidad.

Jaume Morrón, gerente de la Associació Eòlica de Catalunya (EolicCat), pronostica que las tres nucleares catalanas podrían ser las últimas en cerrar. Sus argumentos son que Endesa tiene una amortizaci­ón prevista para sus nucleares a 50 años vista, y que en Catalunya “no se han hecho los deberes” para desarrolla­r las inversione­s en materia de energías renovables que permitan suplir la energía nuclear.

Uno de los objetivos de la ley de Canvi Climàtic es que las fuentes renovables aporten el 50% de la demanda eléctrica en Catalunya en el año 2030. Sin embargo, al ritmo actual, sólo se cubriría el 40%, según se desprende de la planificac­ión del Institut Català d’Energia, alega este experto.

LAS CONVERSACI­ONES

“No hay acuerdo”, dicen las eléctricas sumidas en plena negociació­n

 ??  ??
 ??  ??
 ?? XAVI JURIO ?? El plan. Se quiere que 4 centrales dejen de operar antes de finales del 2030 (las de Almaraz y de Ascó) y en el siguiente quinquenio lo hagan Cofrentes (2033), Vandellòs II (2034, en la foto) y Trillo (2035)
XAVI JURIO El plan. Se quiere que 4 centrales dejen de operar antes de finales del 2030 (las de Almaraz y de Ascó) y en el siguiente quinquenio lo hagan Cofrentes (2033), Vandellòs II (2034, en la foto) y Trillo (2035)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain