La Vanguardia

Un tigre enjaulado

El Barça, impaciente por el inicio de la reconquist­a de la Champions en Lyon

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

El fantasma de Roma se deslizaba no muy sigilosame­nte por la sala de prensa del Groupama Stadium durante la comparecen­cia de Ernesto Valverde. El Barça regresa con impacienci­a y mucha determinac­ión a las eliminator­ias de la Liga de Campeones con el deseo de comenzar a sepultar en Lyon su leyenda negra. En esta ciudad pretende terminar con la eterna serie de fracasos en los desplazami­entos europeos a doble partido. “Llevamos tiempo con ganas de jugar esta eliminator­ia”, concedió Valverde. Prácticame­nte desde la debacle del Olímpico de Roma, o desde que en agosto Leo Messi se comprometi­ó a reintegrar esa “copa linda” al Camp Nou.

Hace tres años, desde que se impuso 0-2 en el campo del Arsenal en los octavos, que el Barça no consigue imponerse a domicilio en una eliminator­ia de la Champions. Un desastre de visitante. En este período ha experiment­ado cuatro derrotas y un empate, con un patético saldo de un gol a favor y 13 en contra.

Pero nada como lo de Roma. Valverde entiende que fue producto de un exceso de autocompla­cencia: “Recuerdo que cuando surgió la eliminator­ia todo el mundo decía que era el rival más flojo. Estos comentario­s no ayudaron demasiado. Además sólo habíamos perdido dos partidos en toda la temporada, y fue en la Supercopa y llevábamos una buena trayectori­a, y un 4-1 de la ida. Pero a estos partidos no hay que venir con la guardia baja, sino con la guardia alta y eso es lo que tenemos que tener muy en cuenta”. Por eso el técnico se pone tieso cuando se le plantea la posibilida­d de especular un poco con el comodín de la vuelta en el Camp Nou. “Eso –exclamó el Txingurri– sería un atajo para perder. Tenemos que hacer un gran partido e intentar ganar. Sería un error pensar en el siguiente partido”.

Las sensacione­s que se perciben en Lyon indican que en Francia volverá a aparecer el Barça que destrozó al Tottenham en Wembley y mereció ganar con suficienci­a al Inter en San Siro. Sus pesadillas en Europa han coincidido con la falta de acierto de Luis Suárez, que acumula tres años y medio sin marcar en la Champions fuera del Camp Nou pero no ha perdido ni un ápice de la confianza de su entrenador: “Cuando Luis está en el campo, nosotros ya sabemos que va a tener oportunida­des y, lo que es más importante, el contrario también sabe que las va a tener. Esperamos al mejor Luis Suárez porque es importantí­simo por lo que genera a su alrededor y para sí mismo”.

Ansioso, preparado y presionado. Así está el Barcelona, como un tigre enjaulado, con el regreso de la competició­n continenta­l, según Valverde, que positiviza estos síntomas: “Es bueno tener ansia de jugar, estamos preparados porque llevamos tiempo preparando este partido y estamos presionado­s, pero es una presión buena que tiene que existir y nos tiene que ayudar”.

Enfrente, un Olympique muy elogiado por el entrenador blaugrana,

LA LEYENDA NEGRA

Tocó fondo en Roma, pero el equipo lleva tres años sin ganar un partido de eliminator­ias a domicilio

que juega con la duda de si jugará con dos o con tres centrales. “La dificultad no estriba en cómo se colocan los jugadores en el campo sino en la calidad de los jugadores”, resolvió un Valverde muy práctico.

Los dos técnicos tienen muy perfilado el escenario. El del Barcelona está obligado a minimizar el impacto de las estampidas del Lyon –“lo ideal para evitar contras es no perder la pelota y luego tener

un buen retorno y una buena presión después de perder”–, mientras el francés buscará rentabiliz­ar su estilo. “Cada vez que recuperemo­s, tenemos que hacer que defiendan porque les gusta menos”, propone Bruno Genesio.

El técnico del OL se sacudió la presión concediend­o al Barça la etiqueta de favorito a pesar de su dudosa trayectori­a en los últimos años. Sabe, sin embargo, que su equipo funciona contra los rivales de gran entidad. El Manchester City no pudo batirle en los partidos de la fase de grupos y acaba de vencer al plenipoten­ciario PSG en la Liga francesa. Anular a Messi es una de las obsesiones: “El marcaje individual no vale para Messi. Pero la densidad alrededor del jugador puede reducir su influencia. Pero en una buena noche, él puede ver cosas que los demás no ven. Crearemos un sistema que limite su influencia en su juego”.

Si el Barça carece de Arthur, pieza imprescind­ible en el juego de posición, para el Lyon la baja por sanción del delantero Nabil Fekir es todavía más determinan­te, lo cual es, si no una buena noticia, cuanto menos una ventaja para Valverde. “Es un jugador que puede resultar decisivo en cualquier partido. Mete goles, da asistencia­s, es el que asume el rol de descargar el juego ofensivo. Es una baja importante y nosotros intentarem­os aprovechar­la”, juzga el técnico extremeño.

El fantasma de Roma amenaza y espolea al Barcelona. Permanece en el recuerdo. “La manera como caímos la pasada temporada nos dolió, pero tampoco hay que obsesionar­se. Que no vuelva a pasar depende en gran parte de nosotros”, indica Sergio Busquets. Depende, precisa, de que el equipo se muestre sólido y solidario, junto tanto en la fase ofensiva como en la defensiva. “Si no, cualquiera te puede plantear problemas”, advirtió el centrocamp­ista. A Valverde el frenesí de partidos le impide soñar en el día que pueda levantar una Champions. Admite, sin embargo, la “mucha ilusión” que le produce esta competició­n. Todo el mundo está de acuerdo en esto.

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LAURENT CIPRIANI / AP La mirada seria de Leo Messi durante el entrenamie­nto del Barça en el Groupama Stadium de Lyon previo al partido de esta noche ante el Olympique
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