“A Yorgos le gusta lo absurdo, nos hizo sentir algo ridículas”
Rachel Weisz, una de las protagonistas de ‘La favorita’
Aunque siempre nos sorprende con sus maravillosos trabajos como actriz, su relación con el Oscar hasta ahora ha sido tan breve como efectiva. Antes de que la volviesen a elegir como candidata este año, había sido nominada sólo en el 2006, por
El jardinero fiel, y se marchó de la gala con la estatuilla en la mano. Sus posibilidades en la gala del domingo de repetir la proeza con La favorita, de Yorgos Lanthimos son limitadas, porque aunque se trata de una de las categorías que están menos definidas de antemano, el hecho de que también compita su compañera de reparto Emma Stone le restará posibilidades, aunque también es cierto que se ha llevado el BAFTA. El hecho de que en el premio del Sindicato de Actores ganara Emily Blunt por Un lugar tranquilo, que se ha quedado fuera del quinteto en el Oscar, confunde aún más las cosas, por lo que quien por ahora es la favorita es Regina King, ganadora del Globo de Oro y de los galardones que otorgan las asociaciones de críticos de Estados Unidos.
Habiéndose criado en Inglaterra, ¿conocía la historia de la reina Anna que refleja La favorita?
No. Lo único que sabía sobre Anna es que hay un tipo de muebles cuyo estilo se atribuye a ese período y que son muy largos y delgados. No sabía nada sobre ella ni sobre sus protegidas.
Pero pudo encontrar mucha información.
Sí, hay muchos libros sobre ella y su período. Yorgos nos estimuló para que investigáramos, pero le daba lo mismo si lo hacíamos o no. Yo leí un par de biografías muy buenas desde un punto de vista histórico, y también di con muchas cartas de amor entre Lady Marlborough y la reina. Están disponibles para que las lea el público, son muy apasionadas e intensas. Ella se escribieron entre ellas desde que eran niñas. Si fueron o no amantes, no lo sabemos. Pero eran muy apasionadas a la hora de escribir, como lo pueden ser las mujeres que tienen amigas en la adolescencia. Mantuvieron esa intensidad durante todas sus vidas, por lo que son cartas muy curiosas.
¿Cómo explicaría la relación entre estas dos favoritas de la reina?
El personaje de Emma y el mío son definitivamente rivales. Cuando comienza la historia, mi personaje está a cargo de la situación y tiene el poder. Cuando la ingenua que interpreta Emma llega a la corte, rápidamente queda claro que de ingenua no tiene nada, que mi personaje le ha subestimado y se ha dejado engañar por sus halagos, lo cual es un error muy triste si es que estás en la cima. Cuando ella me derroca nos convertimos en rivales. Creo que estas dos mujeres estan jugando sus cartas de manera diferentes. El personaje de Emma está tratando de sobrevivir, algo que yo en lo personal respeto y entiendo. El mío es una mujer política que está liderando un país, a la que le preocupa el futuro de Inglaterra. Nos haría falta hoy más políticos como ella.
¿Cómo fue la relación con Emma en el rodaje?
Fuera de cámara nos hicimos grandes amigas, nos pasábamos mucho tiempo juntas, pero Yorgos nunca se integraba. No es ningún secreto que él nunca analiza ni habla del papel o de la película. Por lo tanto jamás hablamos con él sobre estas cosas, pero mientras no filmábamos nos divertíamos mucho hablando y nos lo pasábamos muy bien. No hacíamos nada más que conversar sobre nuestras vidas. Fue sencillo: todo lo que ves en la pantalla se dio entre que el director decía “acción” y los que decía “corten”, en los que nosotras soltábamos lo que estaba escrito en este guion maravilloso. Las palabras nos alcanzaban para transportarnos. Yo nunca había tenido la oportunidad de trabajar mayoritariamente con mujeres, siempre ha sido con hombres. Jamás me tocó explorar en un plató una situación de tanta competitividad con otra mujer. Con Emma montamos casi una mini obra de teatro. En el primer acto ella me llena de cumplidos, en el segundo ya no creo lo que dice y en el tercer acto me derrota.
Se dice que Yorgos Lanthimos tiene métodos muy curiosos. ¿Es así?
Si. Antes del rodaje Yorgos nos dio ejercicios que eran juegos, donde teníamos que decir a mucha velocidad los parlamentos de la escena que íbamos a hacer mientras saltábamos hacia atrás, juegos verdaderamente ridículos. A Yorgos le gusta lo absurdo y lo ridículo, así que nos hizo sentir un poco ridículas a todas.
La favorita es mucho más medida que las películas previas de Lanthimos. ¿Ha visto un cambio en él?
No, el era el mismo director de Langosta.
Tuvo que lidiar con Sandy Powell mostrándole faldas y vestidos y no le quedó otro remedio que hablar sobre historia inglesa, porque había que tener en cuenta estilos de época y ese tipo de cosas, mientras que en sus otras cintas le sobraba con su imaginación. En este caso, si alguien le mostraba una pistola de 1708, el tenía que negociar con la historia británica, pero aún así logró adaptarla a su manera. El mismo Yorgos que siempre me fascinó.
LADY MARLBOROUGH Y LA REINA “Si fueron o no amantes no lo sabemos, pero eran muy apasionadas”
EL DUELO CON EMMA
“Jamás exploré en un plató tanta competitividad con otra mujer”