El deporte norteamericano, en vilo por una zapatilla rota
Uno de los primeros en darse cuenta de la gravedad de lo sucedido fue Barack Obama, que presenció el partido desde la primera fila del Cameron Indoor Stadium de la Universidad de Duke. El expresidente de Estados Unidos hizo una mueca al ver a Zion Williamson por los suelos y le señaló con el dedo. Su zapatilla se había roto y había caído sobre el parquet en mala posición. Apenas 33 segundos después del salto inicial, los locales perdían a su estrella, de 18 años, señalado por los expertos como futuro número uno del draft de la NBA y el deporte norteamericano quedaba en vilo.
Williamson abandonó la pista sobre su propio pie, rebajando un tanto el grado de alarma, y su entrenador, el legendario Mike Krzyzewski, confirmó que las primeras exploraciones indican que sólo sufre un esguince en su rodilla derecha. Pero la imagen de la zapatilla Nike sigue dando la vuelta al mundo y ha situado a la multinacional del swoosh en el ojo del huracán. Que Duke perdiera con su máximo adversario, los Tar Heels de North Carolina (72-88), en uno de los partidos de más rivalidad deportiva en Estados Unidos, el
Tobacco Road Rivalry, acabó quedando en segundo plano.
Por supuesto, Nike se ha unido a todas las muestras públicas de buenos deseos para la pronta recuperación de Williamson, máxima figura del baloncesto universitario, y también ha anunciado una investigación para descubrir los motivos de lo sucedido con la zapatilla. Uno de sus rivales en el mercado de ropa deportiva se pasó de frenada publicando un mensaje –“no le hubiera pasado con unas Puma”–, que tuvo que retirar al instante ante la oleada de críticas.