Poco a poco, Corbyn se acerca a respaldar el referéndum
Las dimisiones de diputados laboristas y conservadores, con la consiguiente aparición de un grupo parlamentario informal que ya tiene doce miembros y es el cuarto de los Comunes, complica las decisiones de los líderes de los dos principales partidos en la fase decisiva del Brexit. El plan ideal del euroescéptico Corbyn era dejar que los propios tories se cargasen el acuerdo de May con Bruselas, con lo cual él se lavaría las manos y no tendría que dar cuentas ni al sector leave ni al remain de su grupo. Pero si la estrategia no era ya insostenible antes de las dimisiones, ahora desde luego lo es. Un par de diputados del Labour proponen que el compromiso entre Londres y Bruselas, una vez resueltos los últimos flecos en el tema de la salvaguarda irlandesa para impedir una frontera dura en el Ulster, sea sometido a referéndum en el caso de que los brexiters den marcha atrás en sus objeciones y lo aprueben. Para que su enmienda tenga posibilidades de éxito, necesitan que Corbyn imponga la disciplina de voto, dado que hay una treintena de diputados euroescépticos de circunscripciones del norte de Inglaterra, temerosos de perder sus escaños, que ya votaron con el gobierno en el último duelo parlamentario, a cambio de promesas de inversiones en infraestructura para paliar los efectos de la recesión en sus circunscripciones. Si May se enfrenta por un lado a la ira de unas decenas de brexiters radicales y a la rebelión de un centenar de remainers, Corbyn está expuesto a que las dimisiones de diputados, circunscrita hasta ahora a nueve, se convierta en un auténtico tsunami.