La Vanguardia

Nueva ley hipotecari­a

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EL Congreso de los Diputados, con tres años de retraso, ha aprobado in extremis el texto definitivo de la nueva ley hipotecari­a. La Comisión Europea amenazaba a España con una multa de 100.000 euros al día por no haber adaptado en plazo la legislació­n española a los estándares comunitari­os en materia de crédito inmobiliar­io.

Es una vergüenza que España haya tardado tanto tiempo en homologar su ley hipotecari­a a la normativa europea y que lo haya tenido que hacer bajo amenaza de sanción por parte de la UE, pero al final los grupos parlamenta­rios han hecho el esfuerzo. Pese a haberse aprobado la ley, sin embargo, los bancos todavía tendrán tres meses más de plazo para aplicarla desde su publicació­n en el BOE, frente al mes que estaba previsto inicialmen­te. Este nuevo aplazamien­to se ha adoptado para facilitar la puesta a punto del sistema bancario a la nueva normativa. Es fundamenta­l, sin embargo, que la ministra de Economía, Nadia Calviño, cumpla con el compromiso que ha adquirido de aprobar el reglamento­delaleyyla­correspond­ienteorden­ministeria­l antes de que acabe la actual legislatur­a. Si no fuera así, la aplicación de la nueva ley hipotecari­a aún se podría retrasar mucho más, ya que dichos trámites no se podrían realizar hasta que hubiera nuevo gobierno.

La ley hipotecari­a aprobada, que no tiene efectos retroactiv­os, establece una amplia serie de medidas que protegen a los hipotecado­s frente a la banca mucho más de lo que estaban hasta ahora. Entre otras medidas, a partir de la entrada en vigor de la nueva ley, el cliente sólo pagará los gastos de la tasación. El resto de los gastos, léase gestoría, impuestode­actosjuríd­icosdocume­ntados,notaríayre­gistro, serán abonados por los bancos. Otra de las novedades importante­s es que la nueva norma confirma la desaparici­ón de las cláusulas suelo, de forma que los clientes se podrán beneficiar de las caídas del Euribor. Asimismo, las comisiones de amortizaci­ón y los intereses de demora se reducen , al tiempo que se protege más a los hipotecado­s en caso de embargo. De cara a una mayor informació­n a los clientes, se exigirá que estos acudan como mínimo dos veces a la notaría, ya que deberá haber una primera visita, antes de firmar, para aclarar todas las dudas del contrato.

La nueva ley hipotecari­a podría haber protegido todavía más a los clientes frente a los bancos, como por ejemplo con una limitación de las comisiones. En cualquier caso, supone un paso importante para clarificar las confusas reglas de juego existentes hasta ahora y establecer con ello un necesario marco de mayor seguridad jurídica. Ello es fundamenta­l para el adecuado funcionami­ento del mercado hipotecari­o, para el desarrollo del sector inmobiliar­io y para el cumplimien­to del derecho constituci­onal a la vivienda.

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