Llegan los The World Restaurants Awards
Andoni Luis Aduriz obtuvo esta semana el galardón Forward Drinking, una de las 18 caprichosas categorías de The World Restaurants Awards, clasificación estrenada en París, con ceremonia espectacular, a la que asistió Comer. Aduriz fue el único español laureado; en el camino quedó Enigma, de Albert Adrià, nominado en la categoría de originalidad de pensamiento, premio que sorprendentemente recayó en Le Clarence, de París.
Una sorpresa porque su excelente cocina, que puede ser calificada de modernización de lo clásico, no explora nuevos caminos. Y a pesar de que en el auditorio la prensa especializada se codeaba con grandes chefs de dos Américas, Asia, Europa, la sorpresa fue unánime cuando el restaurante Wolfgat, de Sudáfrica, se llevó no sólo el premio a la Off-Map Destination –lejos de todo– sino también el del colofón de la velada, Restaurante del año. Es verdad que más gastronómicamente correcto, imposible. Alojado en una casa de pescadores con 130 años de antigüedad, frente al océano, cerca de la gruta que le dio nombre, Wolfgat nutre su carta de pesca local y hierbas silvestres. Y sirve apenas veinte cubiertos.
Como era un estreno, para esta clasificación mundial que en realidad es un desgajamiento de los ya impuestos 50 Best (el periodista Joe Warwick, creador de los
50, se asoció aquí con Andrea Petrini, antiguo representante de Francia en aquel jurado), en el cóctel que precedió a la ceremonia, en el fastuoso decorado del palacio Brongniart, de París, antigua sede de la bolsa, sólidos valores apadrinaban el nacimiento. Joan Roca, por ejemplo, consagrado tanto por los 50 Best como por Michelin. O Alex Atala, el paulista que puso a Brasil en el universo fooding y que anoche se dio el gusto de entregar a sus paisanos del modesto Mocoto, de San Paulo, el premio a “restaurantes que no exigen reserva”.