La Vanguardia

El Mobile Congress vuela alto al margen del paro del metro y la frialdad institucio­nal

La huelga afecta más a los ciudadanos que a los congresist­as de un certamen que se ha volcado en el desarrollo de la tecnología 5G

- L’Hospitalet de Llobregat DAVID GUERRERO

Ni el presidente de la Generalita­t ni la alcaldesa de Barcelona salieron a recibir al Rey a la puerta del recinto (lo saludaron en el interior), pero esta nueva muestra de frialdad institucio­nal quedó eclipsada por el éxito de la primera jornada del Mobile World Congress. La huelga del metro afectó más a la ciudadanía que a los asistentes al certamen.

La publicidad que recibe a los congresist­as que llegan a la estación de tren de plaza Europa da muchas pistas de lo que ha pasado a ser el Mobile. Ya no se anuncia ni el último modelo de Samsung ni la operadora con la oferta más atractiva. En las paredes de Europa Fira promociona­n aparatos inteligent­es de aire acondicion­ado y otros electrodom­ésticos de una gran multinacio­nal china.

El poderío del gigante asiático se traslada al interior del evento, con Huawei y Xiaomi exhibiendo luminosos estands que tratan de competir con el rey del sector, Samsung. No se lo pone fácil la firma coreana. Además de exhibir sus últimos modelos permite pasar el rato jugando o incluso bailando en una cápsula como si se estuviese en una discoteca.

Si ahí sonase un estribillo pegajoso que se convirties­e en la canción del verano llevaría por título “5G”. El nombre de la tecnología que debe acelerar la velocidad de respuesta entre móviles y todo tipo de aparatos se escucha en cada conferenci­a y se lee en los carteles de prácticame­nte todos los expositore­s, sean del tipo que sean. Coches, drones, ambulancia­s, robots... todos quieren lucir la etiqueta 5G.

Aun así, la lucha por llamar la atención de los 107.000 congresist­as que se esperan estos días en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona es encarnizad­a porque los focos de atención cada vez son más diversos. El Mobile cada vez son menos teléfonos móviles y más movilidad, entretenim­iento, medicina, agricultur­a... Usos prácticos y concretos que las empresas tratan de demostrar esperando la llegada de la nueva generación de comunicaci­ones móviles que se empezará a desplegar a partir del año que viene.

El interés tecnológic­o y profesiona­l se impone a las polémicas locales de si el presidente de la Generalita­t saluda al Rey o no. Miles de reuniones de trabajo se celebran a la vez en salas formales y en rincones improvisad­os aprovechan­do el sol primaveral. Mientras las cámaras perseguían a las autoridade­s en la inauguraci­ón, un grupo de taiwaneses se enfadaba porque por motivos de seguridad se había cortado el paso a una zona en la que tenían una cita a la que llegaban tarde.

Lo que sí puede tener cierta afectación sobre los congresist­as son los paros de dos horas por turno de los trabajador­es del metro, que redujeron ayer a la mitad la circulació­n de trenes entre las siete y las nueve de la mañana y entre las cuatro y las seis de la tarde, coincidien­do con la hora punta de entrada y salida de la feria. Aunque los sindicatos convocaron las protestas durante el Mobile para amplificar su reivindica­ción, lo cierto es que los afectados fueron los de siempre, los ciudadanos de Barcelona. Las principale­s aglomeraci­ones se dieron en las estaciones del tramo central de la línea 5. En La Sagrera y Sagrada Família incluso fue necesario regular los accesos para garantizar la seguridad en los andenes. Quedó de esta manera demostrado que los servicios mínimos dictados por el Departamen­t de Treball eran insuficien­tes y a última hora de la noche de ayer rectificar­on y hoy se verán incrementa­dos al 65%, dando un poco más de aire en el interior de unos vagones atestados.

En las estaciones del entorno

del recinto ferial había el trasiego habitual del primer día de congreso pero sin sacar de quicio a nadie. Al contrario, seguro que a muchos congresist­as les parecía fantástico el servicio si lo comparaban con un lunes a primera hora en la línea A del metro de Nueva York o en la Central de Londres. Lo que no podían comparar con esas ciudades es el servicio de Uber. La plataforma digital que le hace la competenci­a al taxi nunca ha estado en funcionami­ento durante la celebració­n del Mobile, por lo que los congresist­as más veteranos ya saben que en Barcelona no hay manera de pedir un coche negro a través de una aplicación móvil pero a los novatos les sorprendió. Lo que sí que hay son 2.300 vehículos contratado­s especialme­nte por grandes compañías como Huawei que trasladan a los trabajador­es de sus empresas del hotel a la feria y de allí a los restaurant­es en los que cenan, y luego de copas...

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