‘Green book’: premio para la polémica en la gala de la diversidad
El abrazo entre Samuel L.Jackson y Spike Lee fue el momento de justicia en la gala de los Oscars.
Ganó Green book por sorpresa, y para espanto y burla de muchos críticos, como mejor película del año en la ceremonia de “la diversidad”. Hubo repetidos premios para mujeres y afroamericanos.
Ese filme, dirigido por el blanco Peter Farrelly, relata el viaje inspirado en la realidad, durante los años sesenta, de un conductor blanco al servicio de un pianista negro por el sur estadounidense segregado. No hace más que convalidar, según los expertos, el estereotipo del blanco que cuida y ampara al negro. La retórica del esclavista bueno, que es un oxímoron. Consideran que es una película del 2018 con el tratamiento de hace tres o cuatro décadas.
El elenco ya evidenciaba el asunto. Viggo Mortensen, el chófer, es uno de los que perdieron frente a Rami Malek (el Freddie Mercury de Bohemian Rhapsody), la distinción de mejor actor, mientras que el pianista, interpretado por Mahershala Ali, luchaba por el secundario. Y ganó, el segundo desde la edición del 2017.
La actriz secundaria elegida, Regina King, también es negra.
“La Academia da la bienvenida a la diversidad de la industria, pero sin cambiar su ethos, su propia imagen o su visión del mundo de una manera significativa”, escribió ayer Richard Brody en la web de The New Yorker.
Samuel L.Jackson apareció en el escenario del Dolby Theater de Los Ángeles y sus palabras iniciales las dedicó a su amigo: “Spike, estoy contento de que estés sentado. Después de 18 derrotas consecutivas en casa, los Knicks han ganado. Repito, los Knicks han ganado a San Antonio”.
Pero Lee, ferviente seguidor del equipo neoyorquino de la NBA, presencia constante en el Madison Square Garden –salvo este domingo por razones de fuerza mayor–, supo por boca de su colega Sam otra noticia aún mejor. Por primera vez recibió un Oscar competitivo –tiene el honorífico– como uno de los guionistas en la adaptación de la historia real de su BlacKkKansman, la peripe-
Los críticos describieron a la ganadora como la peor película desde ‘Crash’
Trump acusa a Spike Lee de hacer “comentarios racistas contra tu presidente”
cia del policía negro infiltrado en el Ku Klux Klan.
La velada trascurría de manera apolítica, sin menciones a Donald Trump, aunque con alusiones.
En la entrega del Oscar a la mejor película en lengua extranjera, Javier Barden proclamó que “no hay fronteras, no hay muros que frenen el ingenio y el talento”.
Otro español, el chef José Andrés, que salió a presentar Roma como una de los ocho candidatos a mejor filme, requirió “la comprensión y la compasión que todos debemos a las personas invisibles en nuestras vidas, inmigrantes y mujeres, que hacen avanzar a la humanidad”.
Roma, la poética visión de su infancia del mexicano Alfonso Cuarón, cerró con tres galardones –mejor fotografía, metraje en lengua extranjera y director–, pero perdió el gordo. Su derrota, sin embargo, se interpreta más como un revés a Netflix, la productora. La compañía de distribución online proyecta una sombra de terror sobre los estudios tradicionales. Los académicos parecieron reacios a sentar el precedente de que un servicio de streaming se llevará el mayor de los reconocimientos.
Entonces, emergió el abrazo de Jackson y Lee. El cineasta de Brooklyn reflexionó sobre sus ancestros, robados de África y traídos como esclavos. Elogió a su abuela, hija de esclavos, que se privó de comer para que su nieto acudiera a la universidad.
Luciendo los nudillos de latón de uno de los personajes de su obra maestra Do the Right Thing, con las palabras “odio” y “amor” –como Robert Mitchum en La
noche del cazador–, Lee entró en campaña. “Las presidenciales del 2020 están a la vuelta de la esquina. Nos hemos de movilizar, pongámonos en el lado correcto de la historia, elijamos el amor por encima del odio, hagamos lo correcto”, subrayó. Trump entró al trapo. Ayer respondió en Twitter. “Estaría bien si Spike Lee pudiera leer sus notas, o no tener que utilizarlas, cuando hace sus comentarios racistas contra su presidente, que ha hecho más por los afroamericanos que ningún otro presidente”, recalcó quien, además de poseer cuantiosos antecedentes racistas, ve cómo en su mandato se han disparado los delitos de odio y los supremacistas blancos le felicitan.
Precedida por el Oscar a Olivia Coleman (La favorita), la reina de la simpatía que dejó a Glenn Close sin estatua (y van siete), la sopresa de Green book propició reacciones como la de la escritora Raquel Cepeda: “Trump habría sido un magnífico vendedor de esta propaganda de sacarina”. Según Justin Chang, crítico de
Los Angeles Times, Green book es la peor película desde la victoria de Crash, en el 2006. Sostienen los estudiosos que una decisión más acorde a la actualidad habría sido apostar por la visión en las relaciones raciales que plantean
Black Panther, dirigida por el afroamericano Ryan Coogler, o
BlacKkKlansman, dos de las nominadas que afrontan la experiencia de los negros en la América actual desde una perspectiva diferente y más compleja del simple arquetipo de la bondad.
La familia del pianista Don Shirley, al que interpreta Ali, dijo que Farrelly ha realizado “una sinfonía de mentiras”. El relato se centra en el conductor, Tony Vallelonga. Su hijo Nick, al que le persigue su islamofobia, es uno de los guionistas.
Aunque con humor, a Spike Lee tampoco le hizo gracia la decisión. Como si estuviera en el Madison, la calificó de error arbitral. “Soy un poco víbora –bromeó–, cada vez hay alguien que conduce a alguien, yo pierdo”. En 1990, Paseando a Miss Daisy ,en la que un negro es el chófer de una mujer blanca, le cerró la puerta del Oscar a su Do the Right
Thing. “Sólo han cambiado la disposición de los asientos”, ironizó, como si no hubiera pasado más de un cuarto de siglo.
Rami Malek confirmó las apuestas y se llevó el Oscar a mejor actor liderando Queen
Mahershala Ali ganó su segundo premio como actor secundario desde el 2017