Recelo a una invasión de Venezuela
Los grandes países del continente prefieren estrangular lentamente al régimen
Muchos de los miles de venezolanos afincados en la ciudad fronteriza de Cúcuta pedían ayer a gritos una intervención militar de su propio país tras el fracaso de la entrada forzada de ayuda humanitaria este fin de semana.
“Vas a morir, huevón!”, gritó un venezolano alojado en el hotel Bolívar al ver unas declaraciones en televisión del hombre fuerte del chavismo institucional, Diosdado Cabello, que se jactaba de haber frenado el “golpe de Estado” contra Maduro. Otro defendió una invasión estadounidense al estilo de Panamá en 1989, en la que murieron 3.000 personas.
Debajo del puente de Cúcuta, animados por las cámaras de la CNN, un grupo de enmascarados guarimberos –luchadores callejeros de la oposición– anunciaron un ultimátum: “¡Tomaremos las armas si no se anuncia una intervención militar hoy”, dijo uno en referencia a la reunión que Juan Guaidó mantuvo ayer en Bogotá con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y los 14 países del grupo de Lima, todos latinoamericanos menos Canadá.
Pero, al menos en sus declaraciones públicas, los líderes de los países más grandes del hemisferio occidental –entre ellos Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Perú y Argentina– parecen preferir un largo estrangulamiento en lugar de una guerra para la siguiente fase del plan para derrocar a Nicolás Maduro.
Iván Duque, anfitrión de la reunión y estrecho aliado de la Administración Trump, pidió un “cerco más poderoso y más efectivo” a Venezuela. Pence, por su parte, volvió a instar a los latinoamericanos a adoptar sanciones ya implementadas por Washington, concretamente cerrar el acceso de Venezuela a fuentes de financiación externa, entregar el control de activos del Estado venezolano a Guaidó y retirar visados a los integrantes del Gobierno y altos funcionarios y sus familias.
Guaidó había prometido una reacción más contundente: “Debemos tener abiertas todas las opciones”, dijo el domingo. Cuando el diario brasileño Folha de Sao Paulo le preguntó si se refería una posible invasión militar respondió: “Quise decir exactamente esto”.
Pero en su discurso ayer, el joven líder opositor, lanzado a la fama por Washington hace un mes, pareció confuso: “No es un tema de democracia o dictadura. No hay dilema entre guerra y paz”, dijo. Se mostró más categórico al referirse a las actuaciones de las milicias chavistas que sembraron el miedo en parte de la frontera venezolana el sábado. “Cuando hay fuerzas paramilitares es el momento para actuar”.
Guaidó fue elogiado paradójicamente por un foro de países creado en el 2017 para pactar el aislamiento de Venezuela. Insistió en que pronto volverá al país y que cuenta con apoyo de disidentes militares para entrar y salir.
Representantes de la ONU han advertido que el endurecimiento de sanciones convertirán el crónico desabastecimiento de alimentos y, sobre todo, de medicamentos, en una crisis humanitaria de consecuencias catastróficas.
Guaidó pidió un minuto de silencio por las víctimas de “la masacre que ocurrió el sábado”. Pero, sin minimizar la violencia del Estado –y sobre todo de las milicias chavistas– los 285 heridos en Cúcuta, la mayoría por los efectos de respirar gas lacrimógeno, es un saldo moderado (893 personas fueron heridas en la actuación de la policía en Catalunya, el 1 de octubre del 2017).
Eso sí, las actuaciones militares en la frontera con Brasil fueron extremadamente desproporcionadas. El saldo de muertes puede haber llegado a 14, según oenegés en la región.
Las constantes referencias en la cumbre al icónico camión quemado en el puente no tuvieron en cuenta las fuertes discrepancias respecto a quién le prendió fuego. Mike Pompeo, el secretario de Estado de EE.UU., se mostró “asqueado” por la imagen del camión en llamas, un comentario fuerte para un exdirector de la CIA. Pence inició su discurso en Bogotá con la frase: “Maduro bailaba mientras sus matones quemaban un camión cargada de alimentos”.
Pero en Cúcuta las cosas no estaban tan claras. Un policía colombiano que vigilaba en el puente la noche del sábado dijo que el camión “que empezó a incinerarse fue el segundo; pero lo más fácil es que hubiera sido el primero si la guardia venezolana hubiese sido responsable”. “Creo que fueron los mismos muchachos tirando una bomba molotov”, añadió.
Washington insta a los 14 países del grupo de Lima a que se sumen a sus sanciones contra el Gobierno de Maduro