EE.UU. ve avances en las charlas con China y aplaza los nuevos aranceles
Trump tiene prisa por resolver la guerra comercial y prevé un acuerdo en breve
Los avances en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China llevaron ayer a Donald Trump a echar el freno, una vez más, a la decisión de elevar del 10 al 25% el arancel que se aplica a 200.000 millones de dólares de importaciones de ciertos productos chinos. Debía haber entrado en vigor este sábado –y, antes, en enero– pero en Washington hay ganas de poner fin a esta guerra comercial antes de que sus efectos empiecen a notarse seriamente en la economía nacional. Las bolsas celebraron el anuncio con fuertes subidas.
“El acuerdo está muy, muy cerca”, aseguró ayer el presidente estadounidense, que anticipa “el mayor acuerdo comercial jamás firmado”. El plan de Trump es celebrar una cumbre con su homólogo chino, Xi Jinping, en lo que denomina “la Casa Blanca de invierno”, su mansión privada en Mar-a-Lago, en la cálida Florida, en una fecha próxima para firmar la paz.
Washington afirma que se ha llegado a un acuerdo sobre divisas (EE.UU. se queja desde hace tiempo de que la moneda china está sobrevaluada), las transferencias de tecnología impuestas por Pekín a las empresas americanas que hacen negocios en el país y la compra de soja estadounidense. Los analistas que han seguido la negociación de cerca dudan sin embargo que Xi haya hecho concesiones reales más allá de reformas ya previstas.
Trump podría resolver la guerra comercial con China a costa de debilitar la separación de poderes. Preguntado si planea retirar los cargos contra Huawei, el gigante tecnológico chino, acusado de espionaje y violación de las sanciones a Irán, afirmó que el asunto será discutido en el marco de las negociaciones comerciales y, en su momento, hablará con el fiscal general.
“Sugerir que Estados Unidos podría desechar esos cargos como parte de un acuerdo comercial refuerza a las voces críticas que dicen que son cargos políticos”, criticaba ayer en un editorial el diario conservador The Wall Street Journal, que advierte que si Trump tiene pruebas de esos delitos y renuncia juzgarlos a cambio de aumentar las exportaciones de soja a China “estará minando la confianza en el sistema de justicia de Estados Unidos”.
En medio de la disputa está Meng Wanzhou, consejera financiera de Huawei e hija de su fundador. Detenida en Canadá a petición de la justicia estadounidense, la ejecutiva se enfrenta a una demanda de extradición cursada por la Administración Trump para juzgarla por, supuestamente, violar las sanciones a Irán hace una década. Pekín ha respondido con el arresto de dos diplomáticos canadienses. También en el marco de la guerra comercial con Pekín, Trump ya dio instrucciones al Departamento de Comercio el año pasado para mostrar clemencia con la teleco china ZTE. La intervención de la Casa Blanca en el caso Huawei reforzaría la sensación de que las acusaciones tienen en realidad motivaciones políticas más propias de otras latitudes.