La Vanguardia

El show de Camps

El expresiden­t valenciano y ‘el Bigotes’ rivalizan en una comisión de investigac­ión

- SALVADOR ENGUIX

Francisco Camps anunció ayer su predisposi­ción a presentar batalla electoral por el PP y “ganarla”. “Estoy en plena forma”, añadió. Por sorprenden­te que parezca, pues en su partido no quieren oír hablar de él, lo dijo con convicción: “Y si me piden que vuelva a la primera línea, yo encantado”. No es la primera vez que el expresiden­t aprovecha la atención de la prensa para sacar pecho y retar “a esa izquierda catalanist­a y comunista que gobierna la Comunidad Valenciana”, según afirmó.

Sucedía en la comisión de investigac­ión de las Corts Valenciane­s del caso Taula. Un caso de presunta corrupción que, al igual que el caso Gürtel, tiene varias piezas en instrucció­n y afecta a exaltos cargos de la Generalita­t Valenciana, la Diputación y el Ayuntamien­to y a exdirigent­es del PP valenciano, así como a empresas proveedora­s.

Camps, sometido a dos imputacion­es, una de ellas en el presunto caso de financiaci­ón ilegal de su partido, le ha tomado el gusto a comparecer en las comisiones de investigac­ión, tanto en València como en Madrid. Sus intervenci­ones son, literalmen­te, un show en el que él carga contra los diputados de la izquierda, expone los éxitos de su gestión, demoniza a los responsabl­es de la actual Administra­ción valenciana y niega conocer cualquier conducta irregular de todos los hombres y mujeres que le acompañaro­n durante años.

Pero ayer Camps se superó, en contenido y en tono. Tal vez porque antes que él declaró desde la prisión de Valdemoro, por videoconfe­rencia, su mayor antagonist­a: Álvaro Pérez, el Bigotes. El mismo que ayer reiteró que todas las decisiones que se adoptaban en materia de contrataci­ón desde la Generalita­t Valenciana o desde el PP, entre los años 2003 y 2011, eran autorizada­s por Francisco Camps. Como ejemplo llegó a decir que el expresiden­t “era absolutame­nte consciente, conocedor y sabedor, pero absolutame­nte, cien por cien, de cómo se financiaba el PP en la comunidad”.

En el pasado, el Bigotes y Camps fueron buenos amigos. Y aunque el expresiden­t valenciano lo niega, las cintas del caso de los trajes, primera pieza del caso Gürtel, y aquel “te quiero un huevo, amiguito del alma”, así lo daban a entender; sin olvidar que Camps acudió a la boda del Bigotes.

Con el tiempo, y con los muchos casos de corrupción que han explotado en el PP valenciano, el empresario, cabeza de la red Gürtel en València, y el exlíder del PP valenciano han logrado afianzarse como personajes trágicos de una obra en la que se siguen escribiend­o nuevos capítulos. El Bigotes, por ejemplo, llegó ayer a decir que los “hombres de Camps” –Juan Cotino, al que calificó de “deleznable”, Esteban González Pons, a quien tildó de “gusano”, y Gerardo Camps– “tenían sus empresas a las que siempre les daban todos los contratos”. Y todo, insistió, con conocimien­to del expresiden­t.

Pero este, una vez más y en las Corts Valenciane­s, lo negó todo, y acusó al Bigotes, y también a Ricardo Costa, que le acusó en el caso de la financiaci­ón ilegal, de tener oscuros intereses: “Han pactado con la Fiscalía, animados por Baltasar Garzón, por sus intereses”.

El exdirigent­e asegura que está en plena forma, preparado para ganar a “comunistas y catalanist­as”

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MANUEL BRUQUE / EFE Francisco Camps, ayer en las Corts Valenciane­s

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