El mágico mundo de la patata
Un día ya lejano empecé a darme cuenta de que, cuando iba al bar a hacer el vermú, pedir una bolsa de patatas fritas para acompañar lo que bebía se había convertido en un deporte de riesgo. Porque, en vez de traerte una bolsa de patatas chips normales y corrientes, como las que habías saboreado toda la vida, te las traían con otros sabores. Patatas chips con sabor a vinagre y pimienta. Patatas chips con sabor a huevo frito. Patatas chips con sabor a tortilla de patatas con cebolla. Patatas chips con sabor a queso y trufa. Patatas chips con sabor a alioli. Patatas chips con sabor a salsa boloñesa. ¡A salsa boloñesa!
–¿No tendría una bolsa de patatas normales, que simplemente tengan sabor a patatas fritas?
–Pues me sabe mal, pero se nos han acabado. Mañana llega un pedido y seguro que volveremos a tener. Bueno, seguro-seguro no sé, porque quizás en este momento no tienen en el almacén, pero, vaya, confiemos que sí. ¿Y por qué no toma estas, con sabor a salsa Espinaler?
Ir al bar y pedir una bolsa de patatas fritas se ha convertido en un deporte de riesgo
Se acababan las normales y corrientes pero, de las de sabores estrambóticos, había tantas como quisieras. No cuesta mucho imaginar el motivo. La gente no le encontraba el qué a todos esos sabores. Pero a base de insistir, acabaron por imponerse. Comer de las normales ya no molaba. Llegaron patatas fritas con gusto a berberechos, patatas fritas con sabor a barbacoa, patatas fritas con gusto a vino espumoso, patatas fritas con sabor a pimentón de La Vera, patatas fritas con sabor a caviar, patatas fritas con sabor a cóctel de gambas. ¡A cóctel de gambas! ¿Realmente hace falta que haya patatas fritas con este sabor?
Es una tendencia que –esta sí– no para de ampliar la base. Este mes de febrero ha aparecido en el mercado la última novedad: las patatas fritas con sabor a paella. A paella valenciana, porque la empresa que las ha puesto en el mercado, Fritoper, es de Benifaió, en la comarca de la Ribera Alta, localidad famosa entre otras cosas por su arroz al horno con pasas y garbanzos. En la bolsa de las patatitas lo dejan muy claro: “Flavoured Chips Paella Valenciana. Made in Valencia”. Fritoper explica que han decidido lanzarlas ahora porque ya hierve el ambiente fallero que culminará de aquí a tres semanas, por San José. No sé qué opinarán los valencianos, pero seguro que los turistas que visiten València durante estas fiestas se las comerán con deleite y se harán selfis enseñando a la cámara la bolsa, que luce un dibujo hecho a partir del emoji oficial, con sus muslos de pollo y de conejo, su garrofó y sus trozos de bajoca, todo sobre una alfombra de arroz demasiado amarillo. A ver si el reputado chef gastroemotivo Jamie Oliver, cautivado por la noticia, decide ahora preparar paellas con sabor a auténticas patatas chips. Con chorizo, claro está.