Presas fáciles de explotadores
Un nuevo estudio alerta del aumento del número de menores que emigran en solitario y de la creciente violencia a la que se ven sometidos. En Alone and unsafe la Federación Internacional de la Cruz Roja indica que en el 2017 un total de 300.000 niños migraron solos o sin la compañía de ningún familiar, cinco veces más que en el 2012. Esta organización advierte que en estos momentos la cifra se estima mucho más alta. “Estos menores son una presa fácil para los abusadores, explotadores y traficantes, y su vulnerabilidad los sitúa ante un elevado riesgo de sufrir violencia sexual en las diferentes etapas de su camino, también de ser forzados al sexo de supervivencia”, detalla la investigación. El trabajo incluye datos de diferentes investigaciones, una de las cuales constata que la totalidad de los 19 niños encuestados a su llegada a Italia desde diferentes países del África subsahariana y del norte del continente respondieron que habían sufrido abusos físicos y psicológicos. La mitad contaron que también habían sido víctimas de abusos sexuales durante o antes de emprender el viaje. El 60% de todos los menores que alcanzaron Italia, España, Grecia y Bulgaria en el 2017 tras culminar peligrosas rutas iban sin la compañía de personas adultas, casi el doble que el año anterior. Las atrocidades a las que se enfrentan adolescentes de, por ejemplo, Nigeria o Burkina Faso se detectan también en otros continentes. Niñas de sólo nueve años de edad se enfrentan a violaciones en Honduras perpetradas por las bandas de pandilleros. El terror las lleva a escapar e ir en busca de un destino más seguro lejos de casa y de los suyos.