La Vanguardia

Buffett empaña su magia

El célebre inversor registra sus peores resultados desde el 2001

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Sólo cuando baja la marea se sabe quién nadaba desnudo” es una de las célebres frases de Warren Buffett, el veterano gurú de Wall Street. Siguiendo su propia metáfora, ayer se descubrió que iba un tanto ligero de ropa. Porque él también puede tener un mal día... cuando las aguas se retiran de la orilla.

El oráculo de Omaha, tal como se le conoce en el mundo financiero, tuvo ayer que entonar el mea culpa, después de que su vehículo inversor, Berkshire Hathaway, cerrara el 2018 con una caída del beneficio neto del 91% en comparació­n con el año anterior, hasta 3.542 millones de euros. Se trata del peor resultado desde el año 2001.

En una entrevista a la cadena estadounid­ense CNBC, Buffett reconoció que “se equivocó en un par de cosas”. Y admitió que pagó “en exceso” por el coloso de la alimentaci­ón Kraft, del que posee un 27% del capital. La semana pasada esta empresa cayó casi un 30% en bolsa tras anunciar una depreciaci­ón de más de 15.400 millones en sus marcas, Kraft y Oscar Mayer. Asimismo, la compañía fue citada por las autoridade­s para investigar sus prácticas de contabilid­ad y sus controles internos. Sólo esta turbulenci­a le costó a Berkshire Hathaway unas pérdidas en el cuarto trimestre de 22.367 millones de euros.

Buffett, que empezó a invertir en 1942, a los 11 años, ha repetido hasta la saciedad que sólo invierte en los negocios que entiende. Esto le ha hecho tomar posiciones relevantes en empresas consolidad­as como Coca Cola, American Express o Apple (que considera como una compañía de consumo). Por estas razones, siempre ha visto con cierto desdén las tecnológic­as, sobre todo desde que le fue mal hace años con IBM.

Ayer, por ejemplo, volvió a repetir que el bitcoin “no tiene en absoluto ningún valor” y que únicamente sirve “para atraer a charlatane­s”. Pero también tuvo que explicar por qué decidió salir de forma repentina –algo muy poco habitual en él– de Oracle tras desprender­se de su participac­ión de 1.890 millones de euros en la compañía del multimillo­nario Larry Ellison. “Después de comprar acciones, me di cuenta de que no entendía el negocio. De hecho, no creo que entienda exactament­e dónde va el negocio de la nube”, confesó.

¿Y ahora? Berkshire Hathaway puede contar con una riqueza envidiable (tiene acciones por un valor de 150.000 millones de euros) pero Buffett avisó a sus accionista­s que, tras lo ocurrido, ahora será más prudente. “Yo puedo cometer errores caros, pero nunca me arriesgaré a verme pillado corto de liquidez”.

Aun así, según él, las perspectiv­as no son buenas, porque las empresas que ofrecen expectativ­as decentes tienen precios muy altos”. El gurú se permitió incluso bromear: “Seguimos esperando la compra del tamaño de un elefante”. A sus 88 años Buffett aún cree en el largo plazo.

El oráculo de Wall Street se vio pillado por las turbulenci­as que vive el gigante de la alimentaci­ón Kraft

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NATI HARNIK / AP Warren Buffett, de 88 años

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