El Rey exalta los valores de prudencia y moderación de la catalanidad
Mariano Puig recibe el premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial
Emoción y reconocimiento. El Rey exaltó ayer la prudencia y moderación como valores de la catalanidad al entregar a Mariano Puig el premio Reino de España de la Trayectoria Empresarial. Representantes del mundo empresarial y la sociedad civil catalana arroparon al empresario en un acto en el que además del galardón, Puig recibió un homenaje de afecto y admiración que el Rey resumió definiéndole como “un catalán y español universal”. Al acto, celebrado en la sede de la escuela de negocios Iese, acudió la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera y la alcaldesa de l’Hospitalet, Núria Marin, pero no hubo ningún representante de la Generaliat. El premio lo concede conjuntamente el Círculo de Economía, el Circulo de Empresarios de Madrid y el Circulo de Empresarios Vascos, cuyos presidentes José maría Brugera; John de Zuleta y Javier Ormazabal también recibieron al Rey, junto al presidente del jurado del premio, Antonio Garrigues.
La relación entre los Puig y la familia real tiene la particularidad de haberse tejido, verano a verano, a través de la Copa del Rey de Vela que la empresa de perfumería patrocinó durante casi treinta años. Ayer, al Rey habló del empresario reconociendo sus méritos pero también lo hizo de un hombre al que conoce desde niño y de quien resaltó, con auténtica emoción, unos valores personales que han marcado su trayectoria vital y empresarial. Recordó el Rey, que Mariano Puig, nacido en 1927, fue un niño de la guerra y que fue la dureza de sus primeros años la que fortaleció su carácter y su compromiso con “la moderación y con la prudencia, valorando lo mucho que juntos se alcanza y reconociendo que, para asegurar el bienestar compartido, no podemos olvidar nunca de dónde venimos, ni las enseñanzas de pasado”. Le definió como “un compendio singular de las características de la catalanidad que tanto se aprecian en el resto de España” y además de la “prudencia y moderación”, citó como valores que definen la personalidad del galardonado: su vocación industrial, el respeto a la tradición familiar, la apertura al mundo, el civismo y el fomento de la educación a través del humanismo”.
Las sentidas palabras del Rey estuvieron precedidas por el emocionado parlamento de Mariano Puig, quien, con 91 años cumplidos, habló sin papeles y sin olvidar ni solo de los mensajes que quería transmitir. Recordó a su padre, fundador de la empresa Puig, y el consejo que le dio antes de ceder el testigo a él y a sus tres hermanos. “Hay cinco etapas en la vida: la de aprender a hacer, la de hacer, la de enseñar a hacer, la de hacer hacer y la de dejar de hacer”. Transmitió su agradecimiento a toda su familia, sobre todo a su compañera de más de 60 años, su esposa Maria Guasch, y reconoció el papel de la monarquía en la estabilidad de la España de los últimos 40 años. Hizo un canto de amor a Catalunya, recordando que su empresa está ubicada en la plaza Europa de l’Hospitalet y finalmente pidió un esfuerzo a todas las instituciones para recuperar la convivencia. La vicepresidenta Calvo dijo que la trayectoria de Mariano Puig representa a la Catalunya “pujante, creadora de riqueza, diversa e inclusiva”.
Ningún representante de la Generalitat asistió al acto de entrega al que acudió la vicepresidenta Carmen Calvo