Religión en el deporte
El velo deportivo para las mujeres musulmanas causa indignación política
La cadena Decathlon ha dado marcha atrás entre fuertes críticas a la comercialización en Francia de un hiyab concebido para hacer jogging .
La convivencia multicultural e interreligiosa en Francia provoca tensiones que, periódicamente, se exacerban. Así ocurrió tras conocerse la intención de la compañía Decathlon de comercializar un hiyab (velo islámico) concebido para las mujeres que hacen jogging. Ante el alud de críticas desde diversos sectores políticos y después de algunas llamadas al boicot en las redes sociales, la multinacional de artículos deportivos decidió dar una abrupta marcha atrás.
El portavoz de Decathlon, Xavier Rivoire, se vio obligado ayer a dar al menos tres versiones, contradictorias entre ellas, sobre los propósitos de la empresa, todo un indicio de las dudas sobre la delicada cuestión que manejaba. Primero descartó que fuera a ponerse a la venta en Francia el hiyab de la marca Kalenji que ya se comercializa en Marruecos y que permite a la mujer corredora esconder sus cabellos y su nuca. Unas horas después, el mismo Rivoire se retractaba y aseguraba que, “después de muchas consultas” en el seno de Decathlon, se había decidido poner a disposición el polémico producto en todas las tiendas de Francia y del extranjero que lo solicitaran. La responsable de la marca Kalenji, Angélique Thibault, afirmó, por su parte, que se tomaban con “calma, perspectiva y serenidad” la controversia y que, en cualquier caso, el único objetivo es “hacer la práctica del deporte accesible a todas las mujeres”, desde una postura de “tolerancia absoluta y total inclusión”.
Hacia las 6 de la tarde, espectacular rectificación. De nuevo Rivoire, en declaraciones a RTL, informaba que habían tomado la decisión, “con toda la responsabilidad, de no comercializar por ahora este producto en Francia”. Se desconoce si, pasada la tormenta, dentro de un tiempo, habrá otro vuelco de actitud.
Decathlon no iba a hacer nada revolucionario, pues otras cadenas como H&M, Uniglo y Nike ya lanzaron productos similares al hiyab para las cientos de musulmanas. Sin embargo, el hecho de que sea una firma francesa tiene una relevancia especial y suscita más contestación política y social. El diario conservador Le Figaro especuló con que el lanzamiento del hiyab deportivo tuvo que ver con la caída de la facturación de Decathlon.
La ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, lo dijo muy claro cuando fue entrevistada por la mañana en RTL. La ministra “habría preferido
El producto ya se vende en Marruecos y hay versiones similares de Nike y de otras marcas
que una marca francesa no promoviera el velo”. “Está permitido, evidentemente, y sabemos bien que la laicidad en Francia permite llevar el velo –declaró la ministra–. Es nuestra sociedad. Pero, a nivel personal, no me gusta que se favorezca la diferenciación entre los hombres y las mujeres”.
La portavoz de los Republicanos (derecha), Lydia Guirous, fue mucho más dura y denunció la sumisión de Decathlon “al islamismo que no tolera a las mujeres a menos que lleven la cabeza cubierta”. Según Guirous, la cadena se atrevía “a renunciar a los valores de nuestra civilización por el altar del mercado y del marketing comunitario”. Hubo quien acusó a Decathlon hasta de “apartheid sexual”. El líder ultranacionalista Nicolas Dupont-Aignant recordó que tenía dos hijas, que no quería que Francia “retrocediera” al nivel de Arabia Saudí y llamó al boicot de las tiendas de Decathlon.