La Vanguardia

Menos impuestos para los vecinos que más reciclen

El Àrea Metropolit­ana de Barcelona aprueba un plan para elevar los índices de recuperaci­ón ajustándos­e a las directrice­s europeas

- JOSE POLO

Tal y como pasa con la luz o el agua, a partir del 2025 cada ciudadano tendrá un recibo personaliz­ado por la gestión de sus residuos. De esta forma, los vecinos que reciclen más pagarán menos impuestos. Esta es una de las medidas del Acord Metropolit­à per al Residu Zero, que aprobó ayer el Àrea Metropolit­ana de Barcelona (AMB). Este plan, con un horizonte a seis años vista, compromete a los 36 municipios del ente supramunic­ipal a tomar medidas para incrementa­r los índices de recogida selectiva, estancados en el en torno del 35% desde hace años. “El modelo actual, basado en contenedor­es abiertos las 24 horas del día, ha tocado techo”, señaló ayer el vicepresid­ente de Medi Ambient del AMB, Eloi Badia.

El objetivo es llegar a una tasa de reciclaje del 55% en el año 2025 y al 60% en el 2030. De esta manera se cumplirían las directrice­s de la Unión Europea y se eludirían las multas de este organismo, que pueden alcanzar los 20 euros anuales por habitante.

Las autoridade­s metropolit­anas entienden que la única manera de alcanzar estos niveles es cambiar el paradigma tradiciona­l para implantar la gestión individual­izada, que afectará tanto a particular­es como a comercios. La iniciativa culminará en el 2025 con el cambio de sistema de tarificaci­ón, pero antes se tomarán otras medidas. Una será el impulso del sistema de recogida puerta a puerta, recienteme­nte probado en el barrio de Sarrià y con 15 años de experienci­a en Torrelles de Llobregat con grandes resultados. No todos los municipios adoptarán este sistema, pero la tendencia será romper el anonimato de la basura para premiar a los que más reciclen, apostando por el pago por generación. También se incorporar­án contenedor­es inteligent­es y recogidas comerciale­s específica­s, entre otras acciones.

El proyecto del AMB contempla cinco escenarios y dependiend­o del que se acabe dando se invertirán entre 80 y 180 millones de euros. La gran mayoría de estos recursos se destinarán a la transforma­ción de las plantas de tratamient­o de residuos. Y es que si se consiguen mejorar los índices de reciclaje dejarán de tener sentido tal y como están planteadas actualment­e. Pasarán a ser más especializ­adas, sobre todo para dedicarse a la fracción orgánica. “Gestionare­mos recursos y no residuos”, destacó el vicepresid­ente del AMB. En este sentido, de cara al 2025 se espera cerrar uno o dos hornos incinerado­res de la planta de Sant Adrià de Besòs.

El AMB prevé que la mejora de la gestión de residuos supondrá un ahorro de 20 millones de euros y la creación de entre 1.047 y 1.650 puestos de trabajo. Esperan reducir los gases entre 160.000 y 250.000 toneladas anualmente, rebajar la toxicidad en un 8% y disminuir la demanda de energía en un 3%.

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ROSER VILALLONGA Una vecina de Barcelona deposita basura en los contenedor­es de reciclaje

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