Inna, la diva rumana del dance que eligió Barcelona
La artista presenta su primer disco en castellano
Aterriza en Barcelona después de haber pasado unos días promocionando su música en Japón, Australia y ciudades de Estados Unidos como Los Ángeles o Miami. Elena Alexandra Apostoleanu (Mangalia, 1986), conocida artísticamente como Inna, está inmersa en uno de los proyectos profesionales que ha supuesto un mayor reto para ella. Y es que la conocida cantante, que ha hecho bailar a millones de personas por todo el mundo enrolada a la música de baile, ha decidido reinventarse en su nuevo disco, el primero de su carrera que hará totalmente en castellano, lengua que ella define como “el idioma del amor”.
La cantante confiesa a La Vanguardia que su nuevo trabajo, YO, que saldrá el próximo mes de mayo, no responde a ninguna estrategia de ventas, sino que nace de una necesidad artística que la asaltó en el estudio a la hora de canalizar una mutación sonora hacia ritmos más experimentales.
“Jamás tuve un plan para ello, lo intentamos en inglés pero la música no funcionaba tan bien”, explica la artista que confiesa también estar aprendiendo catalán, por lo que en algunas de las letras hay vocablos en esta lengua, a pesar de que en otros países la intenten corregir. “Les tengo que decir que no es un error, sino que en Catalunya se habla otro idioma”, asegura divertida.
Esta conexión artística con nuestro país no es casual. Inna lleva seis años viviendo en Barcelona, ciudad de la que se enamoró y en la que es habitual encontrarla paseando en bicicleta cerca de la playa. Su familia –ella es hija única– vive en una casa en Bucarest a la que le encanta escaparse ya que tiene un fuerte arraigo familiar. Su madre y su abuela fueron cantantes en su país, por lo que la intérprete asegura que lleva la profesión en la sangre: “Siempre he vivido rodeada de música, por lo que no sabría hacerlo sin ella”.
Capítulo aparte merece su ingreso artístico en el sector. Con 21 años trabajaba de secretaria en una inmobiliaria de su país y, mientras hacía tareas mecánicas, como ordenar cosas, solía cantar. Allí la descubrió Lucian Stefan, que se convirtió en su mánager. Con la ayuda de diferentes productores, canciones como Hot, que dio título a su primer disco, se hicieron muy conocidas e Inna pasó a tener fama en su país y en otros lugares del mundo. “Tuve tres meses en los que me volví un poco gilipollas, hasta que aprendí que lo más importante es lo que eres como persona, y me centré en mi trabajo”, desvela la cantante que, a pesar de protagonizar muchas portadas de revistas rechaza elegantemente el calificativo de diva: “La sensualidad no debería estar reñida con el arte y el trabajo profesional”, aclara una Inna a la que no le gusta que sólo se hable de su imagen.
La intérprete, que el pasado año fue jurado en la edición de La voz kids de su país, reivindica el valor del mensaje en su nueva apuesta musical en la que, a pesar de que hay canciones que hablan del empoderamiento femenino, tiene clara la importancia de la igualdad de género: “Es muy fácil decir que eres feminista; ¿y qué pasa con los hombres? ¿A quién los dejamos?”. El próximo 8 de marzo lanzará su siguiente sencillo, Tu manera ,el tema, según ella, más comercial del álbum con un mensaje claro: gustar a los demás siendo uno mismo. Otra de sus filosofías de vida que aplica a su pasión: la música.
“Es muy fácil decir que eres feminista; ¿y qué pasa con los hombres?”, asegura la cantante rumana