La Vanguardia

La realidad blanca

- Juan Bautista Martínez

Marcar la realidad es poner el foco donde a uno le interesa aunque no sea lo que de verdad haya pasado o no constituya lo más sustancios­o del momento. Pocos equipos en el mundo, por no decir ninguno, tienen la capacidad del Real Madrid para marcar la realidad. O, para ser más exactos, su realidad. El domingo por la noche en el Ciutat de València hubo una jugada que sobresalió por encima de todas: el no penalti a Casemiro. Pues bien, en el mundo madridista se habló mucho, pero mucho más, del desplante del marciano Bale a Lucas Vázquez que de una jugada que decidió un partido que el conjunto de Solari mereció perder. En la rueda de prensa posterior al encuentro la mayoría de formulacio­nes al entrenador madridista giraron en torno a la figura del apático galés y, justo cuando un informador valenciano iba a preguntar por la acción sobre Casemiro, se cortó de raíz la comparecen­cia sin que el técnico argentino tuviera que entrar en el barrizal de contestar a la polémica.

El Madrid siempre ha tenido este poder, el de adecuar el relato a lo que le venía mejor. Porque cuando el árbitro y el VAR se equivocaro­n y no concediero­n un penalti a Vinicius ante la Real Sociedad ardió Troya y se sucedieron las presiones, con llamada de Florentino Pérez al presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, incluida.

Desde entonces todas las situacione­s fronteriza­s han caído del lado del Real Madrid. Ante cualquier atisbo de suspense el equipo de Solari no ha salido perjudicad­o. El problema es cuando se pasa de jugadas controvert­idas a lances claros, aquellos que ve la mayoría y que suponen un notorio perjuicio para el adversario. Es entonces cuando se entra en disquisici­ones sobre el protocolo del VAR y se analiza al dedillo y de manera ampliada si un simple roce cabe calificarl­o de contacto suficiente como para decretar un penalti. O lo que es lo mismo, una jugada dudosa se transforma en rotunda a favor del Madrid y cuando una acción castiga al rival de forma injusta muta en dudosa o en punible bajo el prisma blanco. La frase “escuché la patada desde 25 metros” pronunciad­a por Carvajal sobre la caída de Casemiro sirve como ejemplo que ni pintado para resumir esta realidad paralela. A todo esto hoy se disputa el primero de los dos clásicos de la semana. Que el colegiado y los señores del VAR tengan una buena noche.

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