Sandro Rosell carga contra el fiscal y lo acusa de llenar su escrito de falsedades
El tribunal anunciará hoy si deja en libertad provisional al expresidente azulgrana una vez ya ha sido interrogado
La declaración de Sandro Rosell ante la sala de la Audiencia Nacional que lo juzga por blanqueo y organización criminal –y le pide 11 años de prisión– sacó a relucir el profundo malestar que le provoca la instrucción de una causa que lo ha convertido en el preso preventivo por delitos económicos más longevo de la historia penitenciaria española. “No tengo nada que esconder, soy inocente. Siempre voy a defender mi prestigio y mi honor”, expresó de forma categórica el expresidente del FC Barcelona. Antes de su declaración, el tribunal anunció que comunicará durante la mañana de hoy si accede a la petición de su abogado de ponerle en libertad una vez ya ha declarado.
Sandro Rosell se presentó ante la sala con ganas de desmontar el relato de la fiscalía que considera “lleno de falsedades y errores”. Por eso no respondió al fiscal y se centró sólo en contestar a las preguntas de su abogado. Su indignación salía a la luz con tímidos comentarios que verbalizaba de forma espontánea, como una muletilla cada vez que repasaba las operaciones que le han llevado al banquillo. Su relato se interrumpía con expresiones del tipo “es que esto es increíble”, “es alucinante”,“es que el relato de la fiscalía no cuadra por ningún sitio” mientras lo acompañaba con un chasquido y arqueaba las cejas como quién no entiende que deba responder por cuestiones tan obvias.
La declaración de Rosell, conducida por su abogado Pau Molins, se centró en repasar su abundante actividad empresarial con múltiples inversiones en varios países con especial incidencia en Brasil, donde residió y a través de la empresa Alianto daba servicio de marketing deportivo a firmas tan reconocidas como Nike. Fruto de su actividad en Brasil entabló amistad con Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) a quien la Fiscalía sitúa como beneficiario del blanqueo de capitales de la supuesta trama urdida por Rosell que sirvió, según el relato acusatorio, para vehicular comisiones ilegales por la cesión de los derechos de explotación de los derechos televisivos de 24 amistosos de la selección brasileña. “No hubo comisiones ni legales ni ilegales, hubo una retribución a mi empresa”, afirmó Rosell, a lo que agregó con evidente indignación. “¿Como voy a blanquear un dinero que era blanco?”.
En el 2009, con la vista puesta en las elecciones a la presidencia del Barça, Rosell decidió regularizar una cuenta que tenía en Andorra y desde entonces asegura que: “todo mi dinero y mi patrimonio está en España”.
La etapa en el Barça representó un paréntesis profesional. Recordó que al presentarse a las elecciones del club canceló el contrato con ISE –la empresa audiovisual saudí– y dejó de cobrar 2,5 millones de euros, pero el Barça “era su “ilusión” y “se lo podía permitir”.
La presidencia en el club fue un punto de inflexión en el que la espada de Damocles empezó a postrarse sobre su cabeza. Un hombre sabio le dijo: “ahora irán a por ti” y según él, así fue. “Hasta el año 2010 que fui presidente del Barça jamás había entrado en un juzgado, jamás había tenido una inspección de Hacienda y jamás había tenido una denuncia”. Pero a partir de aquel momento, “he tenido tres denuncias de Fiscalía de la Audiencia Nacional, más de 50 inspecciones de IRPF, patrimonio, IVA y no sólo yo, sino todo mi entorno”. Al abandonar el Barça, retomó su andadura empresarial hasta que se truncó con su arresto e inminente ingreso en prisión de la que todavía no ha salido. Tras casi 22 meses encarcelado las posibilidades de volver a salir en libertad
antes de que se dictase una sentencia parecían remotas. Sin embargo, ayer el tribunal alimentó las esperanzas de los reos y sus familiares al no descartar esta posibilidad cuando dio respuesta a la retahíla de cuestiones previas planteadas el lunes. Las rechazó todas pero dejó una en suspenso: la liberación de Rosell y su socio andorrano Joan Besolí. La magistrada-presidenta de la sala anunció que hoy comunicaría si los deja en libertad. “La prisión preventiva se dictó con el objetivo de asegurar la presencia de los acusados en el juicio y evitar el riesgo de fuga”, argumentó la juez, lo que cabe interpretar que una vez ya han sido interrogados, su encarcelamiento cobra menos sentido. No es exagerado decir que por aquella puerta entreabierta que dejó el tribunal se coló un rayo de esperanza para las familias de los dos acusados, si bien fue contrarrestado por los más pragmáticos que aventuran que una nueva negativa sólo les dejaría la absolución como la única posibilidad de salir de prisión.