La Vanguardia

De Bilbao podía ser

- Joaquín Luna

El futbolista Kepa Arrizabala­ga no es de Bilbao pero da igual porque nació en el pueblo vizcaíno de Ondárroa y los de Ondárroa también son muy suyos, al decir de sus vecinos de Lekeitio, con quienes forman un matrimonio muy estable porque discuten por todo. De no haber desapareci­do las ballenas de las aguas del Cantábrico, los de Ondárroa y Lekeitio aún se pelearían por si esta la cazo yo o la cazas tú. A futbolista­s, en cambio, gana Ondárroa, tierra de Lavín, un delantero del Athletic de álbum de cromos.

Para ser portero primero hay que ser raro y después tener carácter. Kepa Arrizabala­ga, del Chelsea, tuvo el domingo un arrebato y se negó a ser sustituido poco antes de la tanda de penaltis alegando que ya estaba recuperado. Su equipo perdió la final de la Copa de la Liga ante el Manchester City.

El que no se ha recuperado aún del berrinche es el míster, Maurizio Sarri, al que se llevaban los demonios porque una cosa es que te pongan cuernos y otra es que todo el mundo lo vea y en directo.

El malentendi­do –de eso nada– fue zanjado en armisticio pero anoche Arrizabala­ga chupó banquillo ante el Tottenham. Sarri avisó el martes que decidiría bajo un único criterio: “lo mejor para el equipo”.

Los entrenador­es siempre deciden lo mejor para el equipo. Los jugadores, en cambio, sólo deciden lo mejor para ellos lo cual exige más valor, ego y carácter. Con razón echan antes a los entrenador­es que a las estrellas cuando se dan enfrentami­entos similares.

Que los jugadores hagan lo que les da la gana y pasen del entrenador es un clásico. La primera vez que fui al

Arrizabala­ga no es el primero ni el último que desafía al entrenador: suelen imponerse los futbolista­s...

Camp Nou ocupaba el banquillo del Barça un señor que vestía chándal –una rareza: se llevaba más el traje y corbata– llamado Salvador Artigas. Una de las figuras de aquel Barça contaba años después en privado que él y otros dos ilustres le sugerían la alineación y por escrito, no fuera a olvidarse.

La siguiente rebelión a bordo en el Camp Nou fue el duelo Johan Cruyff-Weisweiler, un entrenador alemán de talante socialdemó­crata. Ni principio de autoridad ni leches: la junta directiva dio la razón a Cruyff y el pasaporte al entrenador.

En estos casos, nunca hay que apostar por el entrenador ni por el principio de autoridad. Incluso un duro como Van Gaal indultó a Víctor Valdés cuando siendo sólo una promesa agarró un berrinche y no se presentó a un entrenamie­nto. Y eso que Van Gaal le había mimado...

Arrizabala­ga es de Ondárroa, fue cachorro en Lezama y león en San Mamés y si él no quiere ni dios ni su entrenador le echan del arco.

 ??  ?? POR LA ESCUADRA
POR LA ESCUADRA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain