Por un Mobile metropolitano
En febrero del 2006 se celebró la primera edición del salón 3GSM, que unos años después dio paso al Mobile World Congress Barcelona (MWC). En estos años el MWC se ha hecho grande, pasando de los 50.000 congresistas a superar los 100.000 participantes y ocupar completamente las instalaciones de Fira Barcelona en la Gran Via, y se ha evidenciado que la actividad que genera trasciende su territorio natural (es decir, Barcelona y l'Hospitalet de Llobregat).
Uno de los cambios claves asociado al crecimiento del MWC ha sido la progresiva ampliación de sus contenidos: de la presentación de los últimos modelos de smartphones se ha pasado a la conectividad, el big data o la tecnología blockchain. Esta evolución ha abierto la puerta a la generación de todo un ecosistema mobile, creando oportunidades para las empresas locales y contribuyendo a una mejor comprensión y utilización de estas tecnologías por parte de la ciudadanía en general. La tarea de la Fundación Mobile World Capital es clave en este sentido. Se han creado dos acontecimientos derivados: el 4YFN, orientado a las start-ups ,yel YoMo, para estudiantes, y en el 2017 se creó la Mobile Week Barcelona para llegar a la ciudadanía en general.
El acuerdo reciente entre GSMA (la empresa organizadora del MWC) y el festival Sónar para vincular a partir del 2020 innovación y música digital es otro ejemplo de los efectos multiplicadores que se pueden conseguir. Incluso se ha consolidado el Mobile Social Congress, que este año llega a la cuarta edición y que, desde una posición crítica con el modelo tecnológico imperante, fomenta la reflexión, empodera la ciudadanía y ayuda a construir alternativas en clave de sostenibilidad y mayor equidad.
De alguna manera, pues, el MWC ha acabado ocupando un lugar en el imaginario de toda la ciudad. Queda, sin embargo, un reto pendiente: integrar el conjunto de ciudades del ámbito metropolitano dentro de la dinámica del MWC. Esta mirada amplia del territorio puede permitir poner en valor ecosistemas de innovación en el mundo digital que todavía no tienen la escala mínima que les consolide a medio plazo o que permita activar ecosistemas latentes pero todavía no desarrollados. El delta del Llobregat, el eje de la B-30, la Orbital 40 de Terrassa o el entorno del Tecnocampus de Mataró esperan su oportunidad para participar plenamente de los beneficios de acontecimientos como el MWC: desde llegar a tiempo al despliegue del 5G a captar la atención de empresas y start-ups como espacios atractivos para ubicarse.
Desde el PEMB hemos puesto nuestro grano de arena en las últimas dos ediciones de la Mobile Week Barcelona llevando actividades a Badalona, Sant Adrià, Santa Coloma, Esplugues o Cornellà. Y planteamos para el 2020 llegar a Sabadell o Granollers. Respecto al MWC, apostamos por una visión estratégica común que vaya articulando alianzas con el conjunto de ciudades metropolitanas, con el objetivo de avanzar hacia un desarrollo económico que reduzca desigualdades entre personas y entre ciudades en el ámbito digital.
Queda un reto pendiente: integrar el conjunto de ciudades del ámbito metropolitano en la dinámica del MWC