La Vanguardia

El Valencia será el rival

El equipo de Marcelino elimina al Betis y se medirá al Barça en la final sevillana

- CARLOS NOVO

El Valencia disputará la final de la Copa al Barcelona el 25 de mayo en el Villamarín. El sueño del Betis de jugar la final en su estadio murió en Mestalla, lastrado por los dos goles que encajó en el último tramo del partido de ida. Marcelino tendrá por fin su final tras cuatro semifinale­s saldadas con derrota cuando dirigía al Recreativo, al Racing y al Villarreal. El Valencia llevaba once años sin llegar a la final de la Copa. En su última comparecen­cia, en el 2008, en el Vicente Calderón frente al Getafe, se llevó la victoria (3-1). Era entonces un equipo entrenado por Ronald Koeman. Aquel Valencia lo pasó fatal en la liga, pero con mucho fuste, con Morientes, Juan Mata, Silva y David Villa en la plantilla.

El conjunto que ayer se clasificó para la final no tiene tanta calidad, pero supo jugar un partido inteligent­e, a la contra. El Betis tuvo que arriesgar porque no le quedó más remedio. El 2-2 le obligaba a salir a marcar y con Quique Setién en el banquillo el cuadro andaluz siempre sale a buscar la posesión. Con Jesé en punta y Lo Celso y Canales de asistentes, el Betis impuso su estilo desde el principio, pero le faltó remate para encontrar ese gol que le hubiera puesto a favor la eliminator­ia. En la primera parte fue Jesé quien tuvo la ocasión más clara, bien desbaratad­a por Jaume, el portero de la Copa.

La segunda parte comenzó sin cambios en los onces y con los mismos planteamie­ntos. El Betis dominaba, pero el Valencia era más vertical y llegaba al área del Betis en unos pocos pelotazos.

En el minuto 56 llegó la jugada del partido, una contra del Valencia que pilló mal colocada a la defensa visitante. Mandi no estuvo atento y rompió el fuera de juego y Gameiro asistió muy bien a Rodrigo, que marcó prácticame­nte a puerta vacía. El árbitro tardó en conceder el gol que el VAR ratificó.

E 1-0 llevó a reaccionar a los banquillos. Quique Setién necesitaba más mordiente e introdujo a Loren en el campo por un defensa, Francis. Marcelino quitó a Rodrigo, que estaba apercibido, y puso en acción al ruso Cheryshev. Enseguida repitió maniobra. Sentó a otro amenazado de sanción, Wass, por el canterano Carlos Soler.

Los últimos veinte minutos fueron un claro acoso del Betis. El Valencia se replegó en torno a Jaume y se defendió con orden. El Betis buscaba dos goles, pero no le salía nada. Su juego era más voluntario­so que eficaz. Caía en la confusión en cuanto se aproximaba al área. Su mayor peligro no era cuando trataba de entrar por el centro sino cuando el veterano Joaquín intentaba sus típicas diabluras por la banda.

Para los últimos cinco minutos entró el central Feddal para jugar de delantero centro, tal como si fuera Alexanko. El ataque del Betis se intensific­ó. Canales obligó, de un remate lejano, a una gran parada a Jaume. El Valencia respiró y festejó su pase a la final.

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JOSE JORDAN / AFP Rodrigo Moreno celebró con rabia el gol que daba el pase a los valenciani­stas
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