La economía de EE.UU. se desaceleró a finales del año pasado
La economía estadounidense creció en el 2018 a un ritmo del 2,9%, según informó ayer el Departamento de Comercio.
La cifra marca una buena expansión del productor interior bruto (PIB). En el comunicado oficial se destaca que es la mayor ganancia desde el 2015, pero queda por debajo de las optimistas previsiones realizadas por Donald Trump.
El presidente situó este índice en, como mínimo, un 3%. Que no se haya alcanzado esa barrera se debe a un enfriamiento que se produjo en el último trimestre del pasado año. El crecimiento se situó en ese periodo en el 2,6%, unos dígitos que, según la Administración, son superiores a los previstos. Quedan, sin embargo, bastante atrás de los dos trimestres precedentes, cuando el aumento del PIB llegó al 3,4% (en el tercero) y el 4,2% (en el segundo).
La economía de EE.UU. recibió un fuerte empujón en el 2018 por el enorme recorte en los impuestos a las corporaciones y por el gasto del Gobierno en programas domésticos y militares. Estos estímulos perdieron su efecto en el último trimestre, lo que generó esa ralentización.
“Nuestras políticas están funcionado”, aseguró Kevin Hassett, jefe del consejo de asesores económicos del presidente. “Dijimos que habría una explosión en la inversión y conseguiríamos una expansión del 3,1%. Es lo que ha ocurrido”, comentó muy al estilo de su patrón, así que da lo mismo que la cifra real sea un 2,9%.
Otros analistas subrayaron que el registro del 2,6% del último trimestre se debe a que se había perdido el efecto de los recortes impositivos, cuando a mediados de año parecía que se cerraría con un crecimiento incluso por encima del 4%.
Estos expertos señalaron que 2019 sigue esa ruta o incluso peor, a la vista de como ha comenzado. Algunos economistas vaticinan un crecimiento por debajo del 2%.