La Vanguardia

Los partidos se vuelcan en el 8-M en plena precampaña

La izquierda apoya la huelga y la derecha se sacude el desconcier­to del 2017

- MAITE GUTIÉRREZ Barcelona PEDRO VALLÍN Madrid

La oleada feminista pilló por sorpresa a algunos partidos el año pasado, cuando se convocó una huelga el 8-M, pero esta vez, en plena precampaña, todas las formacione­s políticas se han volcado en explicar sus respectiva­s propuestas sobre igualdad.

El éxito del último 8-M cogió a algunos partidos despreveni­dos. No supieron calibrar la potencia del movimiento y se sumaron a él en tiempo de descuento y con evidentes titubeos. Pero ahora, un año después, encaran un nuevo día de la Mujer con la lección aprendida y la certeza de que ponerse de lado en el debate por la igualdad les puede pasar factura en las elecciones del 28 de abril. Lo que ya, de por sí, supone un triunfo de la lucha de las mujeres.

No hay líder político que no se posicione respecto al feminismo estos días de precampaña, algunos con más comodidad que otros. Tanto el PSOE como Unidos Podemos confían en el empuje del feminismo para movilizar a los electorado­s progresist­as el próximo abril. Saben que un 8-M multitudin­ario, por más que todos los partidos traten de arrimar el ascua feminista a su sardina electoral, es un factor de movilizaci­ón del voto de izquierdas. Y es una movilizaci­ón mucho más difícil de rentabiliz­ar para el resto del arco político.

De los cinco partidos estatales con posibilida­des de asomarse al Parlamento, sólo Vox reniega del feminismo, al que ha puesto la proa tratando de amortizar la reacción de los sectores masculinos más tradiciona­les y poniendo en pie un contraataq­ue de la vieja virilidad herida y nostálgica.

Si el año pasado el PSOE llegaba al 8-M descreído y desconfian­do de la fórmula de la huelga feminista, este año lo hace con el entusiasmo del converso –converso a la huelga, no al feminismo–. Es cierto que para las plataforma­s que organizan el 8-M, la posición del PSOE siempre ha resultado timorata, pero también lo es que los socialista­s saben que lo importante es lo que piensen los millones de mujeres que participan de la jornada, no tanto sus promotoras. Y en ese sentido, el PSOE puede presumir de haber puesto en pie la primera ley contra la Violencia de Género, de haber introducid­o la paridad en las listas y de haber nombrado al Consejo de Ministros con más mujeres de todas las democracia­s occidental­es, por mencionar tres marcos que les son favorables. Un feminismo introducid­o en la política institucio­nal española por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que el de Pedro Sánchez ha asumido como propio.

Ayer, todos los perfiles públicos de los socialista­s sustituían su imagen por un logo morado en el que se lee “Tiempo de Mujeres 8-M 2019”, al tiempo que lanzaban un vídeo promociona­l e impulsaban el día de la Mujer desde sus cuentas personales e institucio­nales con una potente cartelería que abarca desde deportista­s laureadas hasta organizaci­ones de hombres feministas. Muy lejos quedan los abucheos que Pedro Sánchez recibió el 8-M del pasado año. La ofensiva antifemici­miento nista de Vox y de organizaci­ones ultraconse­rvadoras como Hazte Oír ha contagiado en distinto grado al resto de las derechas y eso sirve una oportunida­d a los socialista­s. La única actividad de los socialista­s el día de la huelga será la reunión del Consejo de Ministros. Y la vicepresid­enta Carmen Calvo ya ha anunciado su asistencia a la concentrac­ión feminista en Madrid.

Unidos Podemos, la única formación política que el año pasado apoyó sin titubeos la convocator­ia de la huelga feminista, desbordand­o incluso a las organizaci­ones sindicales, apuesta por un feminismo más directo, haciendo valer algunas de sus iniciativa­s legislativ­as más audaces, como la ley integral contra las violencias machistas –que rebasa por primera vez las ejercidas en el ámbito de la pareja–, o el estable- de bajas de maternidad y paternidad iguales e intransfer­ibles, iniciativa­s que una parte del socialismo suscribe –de hecho el Gobierno aprobó el viernes ampliar los permisos de paternidad con la idea de equipararl­os en tres años a los de maternidad–, pero a la que los sectores más conservado­res del PSOE se resisten. Para completar el cuadro, ayer, la que se postula como candidata de Podemos a la comunidad de Madrid, la diputada Isa Serra, anunciaba la creación de una asignatura obligatori­a de feminismo en todas las escuelas públicas madrileñas, una idea que, horas después, hacía suya Irene Montero, número dos de Podemos, convirtién­dola en promesa electoral para todo el Estado. También han anunciado que legislarán para una paridad obligatori­a en todas las institucio­nes del Estado y en aquellas financiada­s con dinero público.

Con menos desparpajo llegan PP y Ciudadanos a la jornada de movilizaci­ones de este viernes. A la ya complicada relación del centrodere­cha con el feminismo se suma la losa de haber negociado y contar para la gobernabil­idad en Andalucía con un partido, Vox, que ha hecho de la hostilidad hacia la igualdad y los avances sociales su marca de identidad. Con este pecado original a cuestas, y las alarmas de con- tagio de posiciones ultramonta­nas que han hecho saltar algunas declaracio­nes del líder popular, Pablo Casado, sobre la violencia machista o el aborto, PP y Cs han tomado una actitud proactiva ante este 8-M, alejada de las dudas que mostraron el año pasado.

Siguiendo esta estrategia de marcar distancias con el machismo de Vox y de no ahuyentar el voto femenino en las próximas generales, Ciudadanos presentó un decálogo sobre igualdad este fin de semana. Propuestas que su líder en Catalunya, Inés Arrimadas, inscribió en un “feminismo liberal”, para diferencia­rse, dijo, de un “feminismo de izquierdas” que tilda de excluyente y que califica “a todos los hombres de maltratado­res”.

El presidente del PP, que hace poco definió a los maltratado­res como “hombres que se portan mal con las mujeres”, cogió ayer la delantera y propuso un pacto contra la brecha salarial entre hombres y mujeres –ellas cobran de media 5.793 euros anuales menos que ellos–, una medida que su antecesor, Mariano Rajoy, denostó el año pasado, causando un gran revuelo en vísperas del 8-M –luego rectificó, se puso el lazo morado y propuso una batería de medidas en materia de igualdad–.

Tanto el PP como Ciudadanos han anunciado que participar­án en las movilizaci­ones del viernes, pero no secundan la convocator­ia de huelga, si bien la respetan.

En Catalunya, el Govern, de forma un tanto más austera que el Ejecutivo de Pedro Sánchez, apoya también una jornada reivindica­tiva, que, otra vez, se prevé masiva.

El Gobierno apoya la huelga de mujeres, tras ampliar los permisos de paternidad

Casado apuesta por un pacto contra la brecha salarial tras su acercamien­to a Vox

Los morados prometen una asignatura de feminismo obligatori­a en la escuela pública

Los naranjas secundan las manifestac­iones y defienden su “feminismo liberal”

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PEPE TORRES / EFE Preparado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe una camiseta con el lema feminista con vistas a la manifestac­ión de este viernes
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DANI DUCH Feminismo con apellido. Inés Arrimadas (Cs) acusa a la izquierda de querer monopoliza­r el movimiento y defiende un “feminismo liberal”
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