El Papa abrirá los archivos de la II Guerra Mundial
Francisco accede a desclasificar en el 2020 los documentos del papado de Pío XII
Para ahondar en la verdad histórica, transparencia. Así lo cree el papa Francisco, que ayer hizo un anuncio que se ha hecho esperar muchos años: el Vaticano abrirá finalmente en el 2020 los archivos secretos relativos al pontificado de Pío XII (1939-1958), una figura muy controvertida por su papel durante la Segunda Guerra Mundial.
“La Iglesia no tiene miedo de la historia, al contrario, la ama, y quiere amarla más y mejor, como la ama Dios. Con la misma confianza de mis predecesores, abro y confío a los investigadores este patrimonio documental”, declaró el Papa en una recepción a los trabajadores del Archivo Secreto. La fecha ya está confirmada. Será el 2 de marzo del 2020, “exactamente un año después del ochenta aniversario de la elección al trono de Pedro de Eugenio Pacelli”, explicó Bergoglio.
La apertura a los expertos de los documentos de Pío XII será una herramienta fundamental para analizar si, como defiende una parte de la comunidad judía, el papa Pacelli mantuvo un silencio cómplice con el nazismo. Pío XII ha sido acusado de cerrar los ojos ante el exterminio de judíos y de tener una actitud demasiado pasiva ante Hitler. Especialmente criticado fue por la redada sucedida en el gueto de Roma en octubre de 1943. Más de mil personas fueron trasladadas a un colegio militar a dos pasos del Vaticano, y después deportadas a Auschwitz. Sólo regresaron quince hombres y una mujer, sin que el papa Pacelli levantara la voz. Los expertos también han asegurado que después de la guerra hubo conspicuos nazis que lograron escapar a Sudamérica con salvoconductos conseguidos en el Vaticano.
En la Santa Sede siempre han insistido en que Pío XII hizo lo que pudo en una coyuntura muy difícil. Con el miedo de que Hitler entrara en el Vaticano, o de empeorar la situación para los católicos atrapados en territorios ocupados, el Vaticano mantiene que el papa Pacelli trabajó discretamente para salvar a los judíos que pudo. Así lo afirmó también Francisco en una entrevista con este diario en junio del 2014. “Al pobre Pío XII le han tirado encima de todo, pero hay que recordar que antes se lo veía como el gran defensor de los judíos”, declaró a La Vanguardia hace cinco años.
“Escondió a muchos en los conventos de Roma y de otras ciudades italianas, y también en la residencia estival de Castel Gandolfo. Allí, en la habitación del Papa, en su propia cama, nacieron 42 nenes, hijos de los judíos y otros perseguidos allí refugiados. No quiero decir que Pío XII no haya cometido errores –yo mismo cometo muchos–, pero su papel hay que leerlo según el contexto de la época”, insistió.
El Vaticano suele esperar 70 años después del final de un pontificado para abrir los archivos, pero en esta ocasión ha habido muchas presiones para que se haga mientras todavía hay supervivientes vivos de la Shoah. Francisco siempre ha dado su beneplácito a esta operación, por muy delicada y compleja que sea.
Desde hace una década, una docena de personas, bajo la batuta del prefecto del Archivo Secreto, monseñor Sergio Pagano, están ordenando unos 16 millones de folios, más de 15.000 sobres y 2.500 archivos relativos a este periodo. Entre ellos, toda la documentación de la Secretaría de Estado, así como los informes diplomáticos, religiosos y políticos elaborados por las nunciaturas de la Santa Sede. En un artículo en L’Osservatore Romano, Pagano avisaba ayer que la figura de Eugenio Pacelli ha sido “juzgada superficialmente”.
La apertura de los archivos de Pío XII es fundamental para determinar si tiene que ser santo. Benedicto XVI le declaró venerable en 2009, un paso clave hacia la beatificación, pero muy criticado en Israel. La comunidad judía abrazó ayer la noticia. “Es particularmente importante que los expertos evalúen lo mejor posible los archivos históricos del más terrible de los tiempos, para reconocer tanto los fallos como los valientes esfuerzos hechos durante la Shoah”, dijo el rabino David Rosen, del American Jewish Comitee.
El Vaticano mantiene que trabajó discretamente para salvar a judíos en una coyuntura muy difícil