Regreso a Caracas.
Guaidó vuelve a Caracas para seguir su pulso interno contra Maduro
El autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, fue recibido con fervor al volver de su gira latinoamericana. El régimen de Nicolás Maduro no trató de detenerle a su llegada, en contra de lo que se temía.
Para el efecto dramático, parecía difícil superar la llegada inesperada de Juan Guaidó al concierto humanitario de pop latino, el pasado 23 de febrero, tras cruzar la frontera desde Venezuela a Colombia. Pero el suspense ante el regreso del líder de la oposición a Venezuela ayer resultaba aún más intenso. Tras realizar una gira latinoamericana por cinco países –Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador–, Guaidó regresó desafiando al Gobierno de Nicolás Maduro y una orden judicial que había prohibido su salida del país.
“Me voy camino a casa”, dijo Guaidó, que se autoproclamó presidente de Venezuela el pasado 23 de enero, tras reunirse con el presidente ecuatoriano, Lenin Moreno. “Si se atreve el régimen a secuestrarme, será uno de los últimos errores que cometa”, añadió desafiante.
Parecía una declaración temeraria, poco considerada, tras la advertencia de Maduro de que Guaidó “enfrentará la justicia”. Pero lo cierto es que la frase había sido pactada de antemano con Washington. Kimberly Breir, la vicesecretaria estadounidense de Asuntos Hemisféricos, dijo exactamente lo mismo en una visita a Sao Paulo, horas antes.
Al final, todo quedó en un anticlímax. Guaidó aterrizó en el aeropuerto de Caracas, en un vuelo comercial desde Ciudad de Panamá. Fue recibido por una multitud de seguidores de la oposición y por los embajadores de Estados Unidos, Alemania, Holanda, Chile y Rumanía. No parecía probable una detención inmediata de Guaidó ya que fuentes del Gobierno de Maduro han dejado entrever que no quieren responder a la provocación tras el éxito de frustrar la llamada operación humanitaria, así como la negativa del grupo de Lima de apoyar una opción militar que Guaidó defiende.
El pulso entre Guaidó y Maduro parece estar entrando en una larga fase de desgaste. Guaidó espera que el nuevo embargo petrolero y otras sanciones anunciadas en los últimos días vayan fomentando más descontento en los barrios populares de Caracas, tras una prevista caída adicional de las exportaciones petroleras del 50%, lo cual agravará drásticamente la crisis de desabastecimiento de bienes esenciales.
El Comité Internacional de la Cruz Roja ha duplicado el presupuesto destinado a la asistencia humanitaria en Venezuela, de los nueve millones de dólares previstos inicialmente a 19 millones, debido a la situación “muy tensa” que se vive en el país caribeño. Según explicó ayer en Nueva York el observador permanente de la organización ante la ONU, Robert Mardini, el destino principal de este dinero será dar apoyo a las instalaciones sanitarias.
Por su lado, Maduro cuenta con que parte de la oposición abandone a Guaidó para abrir la posibilidad de un nuevo diálogo, tal y como han propuesto México y Uruguay. “Esto no se resuelve rápidamente: Maduro tiene el ejército, Guaidó tiene la comunidad internacional”, dice Luis Vicente León, encuestador de la empresa Data Análisis, en Caracas.
Lo cierto es que Guaidó no cuenta con el apoyo de la comunidad internacional. Gran parte de Asia y África apoya a Maduro, y en América Latina Guaidó cuenta con el apoyo de México, Uruguay, Bolivia y varios países de Centroamérica y el Caribe. De los llamados países brics, sólo Brasil apoya a Guaidó. China, Rusia y Sudáfrica se oponen enérgicamente a la operación de cambio de régimen. India también, aunque de forma más discreta.
Una propuesta de Estados Unidos de apoyo a Guaidó fue vetada en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por China y Rusia, la semana pasada. Asimismo, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha condenado las sanciones y considera que se ha producido una politización de la operación humanitaria estadounidense.
Mientras Guaidó realizaba su gira latinoamericana, una serie de enviados de Maduro se han desplazado a las capitales de sus principales aliados. La vicepresidenta Delcy Rodríguez lleva varios días en Moscú, donde se ha reunido con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Rusia se ha convertido en el principal refugio para los activos financieros venezolanos congelados co-
NO FUE DETENIDO
El autoproclamado presidente regresa en un vuelo regular desde Panamá
GUERRA ECONÓMICA
El aspirante espera que el embargo petrolero y otras sanciones eleven el descontento
GUERRA DIPLOMÁTICA
El Gobierno chavista contraprograma la gira del opositor con visitas a Moscú o Pekín
mo parte de la operación para derrocar a Maduro. Se anunció el desplazamiento de la sede de la petrolera PDVSA de Lisboa a Moscú.
Asimismo, Calixto Ortega, el presidente del Banco Central venezolano, ha visitado China, Rusia y Turquía en busca de apoyo financiero. Según fuentes consultadas por la agencia Bloomberg, estos viajes responden a la necesidad de “crear una ruta bancaria global que permita a Venezuela acceder a dinero en el extranjero, pagar a proveedores y embolsar pagos por la venta de petróleo”. Será una tarea sumamente difícil dado el control occidental de las transacciones financieras.
Mientras tanto, Guaidó ha hecho esfuerzos para garantizar a China y Rusia de que tendrían más posibilidades de recuperar créditos –60.000 millones de dólares en el caso de China– si Maduro se va. Pero el trasfondo geopolítico hace muy difícil que China y Rusia apoyen a un político tan estrechamente identificado con Washington.
“China apoyará firmemente a Maduro; Guaidó es parte de un plan de Estados Unidos para cortar el suministro de petróleo a China”, afirma Elias Jabbour, experto en relaciones entre China y América Latina de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
En otros tiempos, semejante frase podía parecer una teoría de conspiración. Pero el asesor de seguridad estadounidense, John Bolton, dijo más o menos lo mismo, el pasado domingo, en una entrevista en la cadena CNN: “No tenemos miedo de usar la expresión doctrina Monroe si se trata de un país en nuestro hemisferio”, dijo en referencia a la famosa doctrina anunciada en 1823 por el presidente estadounidense James Monroe. Defendía intervenciones militares en América Latina para contener la influencia europea. La diferencia entre entonces y ahora es que los países europeos apoyan, por el momento, el plan estadounidense de cambio de régimen en Venezuela.