Fenómeno devastador
El viento deja al menos 23 muertos, incluidos niños, y una destrucción masiva
El impacto de una serie de tornados en el estado de Alabama ha dejado 23 fallecidos, una cifra que podría aumentar, ya que algunos residentes siguen en paradero desconocido.
Los drones sobrevolaron la zona en busca de más víctimas. Pero las malas condiciones obligaron a suspender la misión. Así que ayer amaneció con el miedo de que el peaje humano fuera mayor.
Bill Harris, el juez del condado de Lee County, en Alabama, lo describió así: “Es como si alguien hubiese cogido una espada gigante y hubiese arrasado todo el terreno”. Al menos 23 personas, incluidos niños de escasos seis años, fallecieron a consecuencia de una serie de tornados registrados este pasado domingo.
El mismo juez lo definió como “el mayor día de destrucción” que había visto en su vida. “Muchas familias lo han perdido todo”, subrayó Bill Harris.
El sheriff Jay Jones habló de una catástrofe y una devastación “increíbles”, de unas consecuencias todavía por determinar.
“El desafío es la gran cantidad de escombros que han quedado donde antes había casas”. En algunos lugares sólo quedó un amasijo metálico en recuerdo del antiguo buzón.
De esta manera puso el trágico acento ante la posibilidad de que haya más víctimas mortales. Todavía este lunes había vecinos en paradero desconocido.
“Esto es lo peor que jamás me ha sucedido y que puedo recordar”, insistió Jones. Había decenas de heridos. Entre estos, dos víctimas se encontraban en estado muy grave en el hospital.
“La destrucción es inimaginable si no se ve”, reiteró el sheriff.
La gran tormenta de viento se produjo como resultado de un frente meteorológico muy severo, que cruza de sur a este y que generó tornados una vez que se acercaba hacia el Atlántico. La zona de la destrucción es de una amplitud de cerca de un kilómetro a lo largo de otros varios kilómetros de longitud, al menos un centenar. Este es el radio de la destrucción masiva.
De esta manera se ha convertido en el tornado más mortífero en los últimos cinco años y sobrepasa el número de muertos que estos fenómenos produjeron en todo el país a lo largo del 2018, según informó la CNN.
En esta ocasión, se calcula que los vientos alcanzaron una velocidad de entre 254 y 331 kilómetros a la hora. El presidente Donald Trump tuiteó su solidaridad con “el gran pueblo de Alabama” y rogó a los ciudadanos que tuvieran “mucho cuidado y procuraran estar a refugio”. También vía
Nueva York cerró este lunes las escuelas por precaución ante una gran nevada que luego se desvió sin más
Twitter, la gobernadora de Alabama, la republicana Kay Ivey informó que había extendido el estado de emergencia a todo el Estado. “Estamos con todos los que han perdido su vida, rezamos por sus familias y por todos aquellos que han perdido sus hogares o sus negocios fueron afectados”.
La zona más castigada fue la del término municipal de Opelika, en un territorio muy rural. Hubo cargas muy pesadas que la fueza del viento desplazó al menos 800 metros.
“Todo esto me destroza el corazón”, recalcó ayer el sheriff Jones en rueda de prensa, delante de una paisaje en el que se amontonaban los restos de lo que fueron vivienda, puentes destruidos y vehículos hechos una chatarra.
No fueron pocos los residentes que los equipos de rescate sacaron vivos de entre esas ruinas.
Este severo castigo de la madre naturaleza contrastó con el perdón que otorgó ayer a Nueva York. El gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio comparecieron el domingo para advertir del peligro en ciernes. Requirieron que la gente evitara hacer desplazamientos no urgentes. Se esperaba una gran nevada. También se anunció el cierre de las escuelas públicas. Pero el nubarrón se desvió y no pasó nada relevante. Un poco de nieve y un día de vacaciones escolares.