Demoras en bucle
La optimista previsión de Marchena en cuanto a la duración de los testimonios en el juicio por el 1-O se topa a diario con retrasos que obligan a la sala a pedir disculpas.
Una de las frases más repetidas en el juicio del Tribunal Supremo es la disculpa que, al principio de la declaración de los testigos y justo cuando terminan, pronuncia siempre el presidente de la sala. El magistrado Manuel Marchena pide perdón por el retraso que lleva la vista y que obliga a los testigos a esperar.
Cabe decir que, cuando menos, la programación del Tribunal Supremo peca de optimista. De acuerdo con lo previsto, en la mañana de ayer –cuando se habilitó un día que inicialmente no lo estaba– tendrían que haber declarado cuatro testigos, el ex secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto; el exdelegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo; el responsable de Interior durante la aplicación del artículo 155 en Catalunya, Juan Antonio Puigserver, y finalmente el presidente del Parlament de Catalunya, Roger Torrent.
Pero la realidad fue bien distinta. De hecho, toda la sesión de la mañana se agotó con la declaración de Nieto, al que la Fiscalía, la Abogacía del Estado y las defensas asaetaron a preguntas. La intensidad del interrogatorio obedece en parte a la estrategia que siguieron en los días anteriores quienes eran los jefes políticos de Nieto, el expresidente Mariano Rajoy, la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y especialmente el exministro del Interior Juan Ignacio Zoido, quienes despejaron hacia sus subordinados cualquier responsabilidad en el operativo policial del día 1 de octubre.
Lo cierto es que las intervenciones en el juicio están siendo mucho más largas de lo que prevé la agenda del Supremo. De acuerdo con las dos diligencias de ordenación dictadas por el tribunal, los testigos son citados cada media hora. Así, por ejemplo, Nieto fue citado a las 10 h de la mañana de ayer y a las 10.30 h ya estaba citado el siguiente testigo, Millo. Y media hora después, el siguiente, Puigserver. La realidad, en cambio, es que el testimonio de Nieto se prolongó durante cuatro horas y 27 minutos, con lo que cuando terminó era ya hora de comer.
Por la tarde, de acuerdo con el programa del Supremo, debería haber intervenido Millo, pero la sala decidió pasar por delante el testimonio de Roger Torrent, el presidente del Parlament, que no fue quien más se extendió en sus explicaciones, en total 34 minutos.
Pero en promedio, la mayoría de las declaraciones exceden este tiempo. Así, el exministro Zoido habló 2 horas y 29 minutos, y el expresident Artur Mas se quedó a siete minutos de completar tres horas de declaración.
La sala preveía escuchar a cuatro testigos en la mañana de ayer, pero sólo intervino uno