Santacana se presenta sin avisar en su juicio de divorcio
El marido de Arantxa viaja a Esplugues para dejarse ver
Ni su presencia ni la de Arantxa era necesaria. Sin embargo, Pep Santacana decidió comparecer ayer por sorpresa en el juzgado de Esplugues de Llobregat para aclarar cualquier cuestión que la juez quisiera formularle. En realidad, el resultado del viaje ha sido puramente mediático: el juez no le hizo ni una sola pregunta. Pep Santacana argumentó a su llegada que debió dejar a sus hijos al cuidado de otra persona para poder viajar, ya que estos días le tocaba a él hacerse cargo de Arantxa y Leo. Según Santacana, se ha esforzado estos meses pasados en poder ver a sus hijos y llegar a un acuerdo con la madre. Un coordinador parental marcó el régimen transitorio que será fijado en sede judicial en los próximos días.
Sin embargo, desde el lado de Arantxa Sánchez Vicario niegan que se trate de una custodia compartida: “Santacana puede ver a sus hijos fines de semana alternos y un día entre semana. Se trata de un régimen de visitas bastante estándar”, según Ramón Tamborero, abogado de la tenista. “Actualmente, Santacana está pagando la electricidad de la vivienda donde viven la madre y los hijos; el seguro médico y una pensión por alimentos de 370 euros. No para cada uno sino para los dos menores”.
En un primer momento, tanto Arantxa como Santacana se dirigieron a la justicia de Miami (EE.UU.), donde residen hace unos seis años, para resolver su divorcio. Desde luego, ambos coinciden en que la custodia de los niños debe determinarla un juez estadounidense; allí han crecido y allí tienen su arraigo. Sin embargo, él cambió de parecer acudiendo a los juzgados de su último domicilio en territorio español: Santacana insiste en que aquí debe solventarse su régimen económico tras la disolución del vínculo atendiendo a lo que pactaron en las capitulaciones matrimoniales y siempre en régimen separación de bienes. Si la juez de Florida también se declara competente puede haber conflicto judicial. La defensa de Arantxa recurrió sin éxito la vista de ayer: a raíz de la separación, la tenista afirma echar en falta el montante obtenido tras vender su patrimonio inmobiliario y, dado que la pareja ha vivido en Miami durante los últimos seis años, cree que es allí donde debe rastrearse el paradero de ese dinero.
Las diferencias entre el empresario y la extenista se dirimen en los juzgados de España y Estados Unidos