No todo es por el Brexit
El pasado 16 de febrero la aerolínea regional británica Flybmi anunció el cese de sus operaciones. Flybmi se suma a una larga lista de aerolíneas desaparecidas durante los últimos años y confirma que seguimos en un ciclo de consolidación del sector. En un comunicado la compañía destacó como principales problemas el aumento del precio del petróleo y de las emisiones de CO2 a raíz de la decisión de la Unión Europea de excluir a las aerolíneas del Reino Unido del régimen de comercio de derechos de emisión (ETS). Añadió también que la incertidumbre generada por el Brexit dificultó asegurarse rutas de valor en Europa. Así pues, según este comunicado las razones del fin de Flybmi son fuerzas externas que no podían ser controladas por la compañía.
Lo que más sorprende del comunicado de Flybmi es que culpa a la UE de excluir a las aerolíneas británicas de la participación en el ETS. Esto no debería ser una sorpresa para la aerolínea, ya que en el 2017 Reino Unido y Europa acordaron la marcha del primero del ETS como parte de las medidas de coordinación del Brexit. Por su parte, desde el mismo año el Gobierno británico comunicó en varias ocasiones a las empresas de su país que estas no recibirían sus asignaciones de emisiones del 2019. Y en diciembre del 2019 tanto la Unión Europea como el Gobierno británico confirmaron que, independientemente del acuerdo del Brexit, no se realizarían más subastas de derechos de emisiones.
Como los derechos y asignaciones se pueden utilizar durante un periodo de varios años, las compañías pueden entrar en conductas especulativas utilizando los derechos como futuros. Los expertos sugieren que quizá Flybmi estaba, por un lado, vendiendo sus derechos de emisión de
La realidad es que Flybmi sufría problemas de mayor peso que los tradicionales en las aerolíneas regionales
años previos para generar efectivo o, por otro lado, utilizando derechos de emisión del año siguiente para el actual. Así, con el bloqueo de las asignaciones de emisiones, ya no les es posible generar efectivo con los derechos de emisión o deben retornar el precio de los derechos del año siguiente que hayan podido utilizar en el actual. También podría ser que la compañía comprara derechos a terceros, pero al precio medio de los últimos años (de 6 a 20 euros por tonelada) el impacto debería ser marginal. En conjunto, esto nos recuerda a prácticas que nos remontan a la crisis financiera del 2008.
Utilizar el Brexit como cabeza de turco es fácil en este momento y seguramente más compañías lo harán, pero la realidad es que Flybmi sufría problemas de mayor peso que los tradicionales en las aerolíneas regionales. Por ejemplo, de media sólo llenaba uno de cada dos asientos y tenía un número excesivo de bases. Con la limitada demanda en los mercados regionales y la competición de otros medios y aerolíneas mayores, la racionalidad y eficiencia de las operaciones es la base del negocio de la aviación regional.