Identificada una nueva diana para atacar la enfermedad de Parkinson
La dolencia se caracteriza por la acumulación de un pigmento en el cerebro
Las personas con parkinson presentan una acumulación excesiva del pigmento neuromelanina en las neuronas de la sustancia negra, que es la región del cerebro que se deteriora en la enfermedad. En experimentos con roedores, evitar la acumulación de neuromelanina en la sustancia negra ha prevenido la neurodegeneración y ha evitado los síntomas de la enfermedad.
Son los resultados de una investigación del Institut de Recerca Vall d’Hebron (VHIR) dirigida por Miquel Vila que se han presentado en la revista Nature Communications. Estos resultados abren la puerta a desarrollar biomarcadores que permitan saber los niveles de neuromelanina, y a desarrollar
Evitar el exceso de neuromelanina ha prevenido la patología en experimentos con roedores
terapias no invasivas, como fármacos contra la neuromelanina, para tratar el parkinson e incluso para prevenirlo.
No se conoce bien qué función desempeña el pigmento en el cerebro, pero a medida que envejecemos se acumula en un tipo de neuronas de la sustancia negra. Es ahí donde se origina el parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta al movimiento, que no tiene cura, y que afecta a entre el 3% y el 5% de la población.
Los investigadores han visto en modelos animales que las neuronas encargadas de producir el neurotransmisor dopamina acumulan neuromelanina con la edad y se vuelven más oscuras. Cuando las neuronas están completamente teñidas de marrón, degeneran y mueren. La pérdida de estas células afecta al córtex motor y causa los síntomas propios del parkinson, como temblores, rigidez en brazos, piernas y tronco, o problemas de coordinación y equilibrio.
Se ha observado también que, si se modula el nivel de neuromelanina en las neuronas para que no supere el umbral identificado como patológico, se puede prevenir la aparición de la enfermedad en roedores.
Para ver si los resultados pueden ser extrapolables a personas, se han comparado cerebros de personas de edades similares, envejecidos, sanos y con parkinson, y se han medido los niveles de neuromelanina. Se ha visto así que las personas con parkinson superaban el umbral patológico, mientras que las personas sanas se situaban por debajo.
Hace un siglo que se sabe que las neuronas que producen parkinson son las que se tiñen de neuromelanina en la sustancia negra. Pero hasta ahora no se había podido investigar el papel que desempeñaba este pigmento en la enfermedad porque los animales de laboratorio carecen de él. El avance del VHIR ha sido posible gracias a la creación de ratas y ratones que acumu- lan neuromelanina en el cerebro.
Un aspecto interesante de la investigación, destaca Vila, es que se han encontrado cerebros de personas sin parkinson que tenían acumulaciones de neuromelanina por encima del umbral patológico, lo que sugiere que, si hubieran vivido más tiempo, hubieran desarrollado la enfermedad. “Eso implica dos posibilidades –declara el investigador–. O bien todos superaríamos el umbral y desarrollaríamos parkinson si viviésemos lo suficiente. O tal vez hay factores que aceleran o favorecen la acumulación de neuromelanina”. Esto es precisamente lo que comienzan a investiga0r ahora.