En la universidad
La pasada semana me sumergí en otro mundo apasionante como es la educación. Un sector al que siempre me ha unido una relación muy especial ya que desde pequeña, mi tía, que fue maestra, supo transmitirnos el respeto por la dedicación del profesorado, cuyo esfuerzo y entrega ha supuesto siempre el éxito personal y profesional del estudiante. La Universidad de Nebrija me abrió sus puertas para formar parte, junto a mi querido Jesús María Montes-Fernández, de una jornada inmensamente gratificante. Por unos minutos, el foco de atención no lo tuvieron los vestidos de alta costura ni los flashes de una alfombra roja sino la cercanía y la palpable ilusión de un alumnado silencioso, pendiente de mis palabras y en busca de un testimonio reconfortante de cara a sus motivaciones más personales.
Sin duda, ponerse delante de una juventud con el ansia a flor de piel por cumplir los sueños que llevan tiempo pululando por sus mentes ha sido uno de los photocalls más exigentes a los que he asistido. Con ellos pude revivir el nerviosismo que produce la indecisión y la incertidumbre de un futuro impredecible pero tremendamente esperanzador. Sus rostros eran pureza y sus miradas me hicieron creer de nuevo en la importancia del aprendizaje. Inseguridad, anhelo… son tantas las palabras que se aglutinan en nuestra cabeza cuando hablamos de nuestro porvenir, que es inevitable que algún pensamiento traicionero se cuele en la cabeza con el único propósito de desalentar el positivismo de nuestras intenciones. Por ello, mi mensaje fue claro; siempre focalizar la energía en todo aquello que llevas ansiando, porque al final, el querer es poder, únicamente si el esfuerzo y la constancia lo avalan.
El escenario se convirtió en una pequeña sala de estar en la que se creó una atmósfera acogedora y cargada de credulidad al compartirla con mi gran amigo Jesús Maria Montes-Fernández. Unidos por una gran amistad, Jesús Maria y yo compartimos el entusiasmo desmedido por la moda, de ahí que nuestro cometido fue narrar en primera persona nuestra experiencia en una industria que a priori puede parecer cómoda y superficial, pero que lejos de la realidad, requiere de una tenacidad y un continuo sacrificio no sólo para acceder a ella sino para Ponerse ante una juventud con el ansia por cumplir los sueños ha sido un ‘photocall’ de los más exigentes a los que he asistido mantenerse a su lado. Continuando con mi semana cultural, visité Arco, la feria de arte contemporáneo que celebró una nueva edición, esta vez, con Perú como país invitado. Sin duda, Arco es la cita oficial del besa-besa por lo que hay que asegurarse de llevar un maquillaje suficientemente duradero y una sonrisa estática para sobrellevar el eterno ritual del saludo.
La edición más exitosa de la última década que dice adiós a su gran director Carlos Urroz que en sus años al frente, la han convertido en una de las ferias de arte de referencia a nivel internacional.