La ralentización de Alemania no tiene visos de despejarse pronto
Alemania, el gran motor económico de Europa, atraviesa una época de desaceleración que no tiene visos de despejarse en un futuro próximo. A finales de enero, el Ministerio de Economía germano rebajó drásticamente su previsión de crecimiento para el 2019: del 1,8% que había pronosticado en otoño ha pasado a prever un enjuto 1%.
Habrá que ver en qué queda finalmente la cifra, pero los indicios alarmantes proliferan. Así, este viernes trascendió que los pedidos industriales sufrieron en enero su mayor descenso en siete meses, según anunció el Ministerio de Economía. Los contratos para productos made in Germany registraron un descenso del 2,6%, su caída más abrupta desde junio del 2018, dato muy alejado de las previsiones, que esperaban un incremento del 0,5%. “El actual descenso de pedidos apunta a una continua desaceleración en el sector industrial al comienzo del año”, dijo el ministerio en su nota.
Las flojas expectativas son atribuibles en buena medida a las exportaciones, pilar fundamental de la economía de este país, que llevan tiempo acusando el deterioro del clima comercial internacional, debido sobre todo al proteccionismo de Trump y a las tensiones comerciales con China.
Así, las exportaciones alemanas continuaron creciendo en el 2018, pero a un ritmo inferior al de años anteriores, según datos publicados a mediados de enero por la Oficina Federal de Estadística (Destatis). El aumento el año pasado fue del 2,4%, mientras que en el 2017 había sido del 4,6%. Mientras, las importaciones crecieron un 3,4%, frente al 4,8% del 2017. “Aritméticamente, el balance entre exportaciones e importaciones tuvo un ligero impacto bajista en el crecimiento del PIB alemán”, admitió Destatis.
Aunque en el último trimestre del 2018 la locomotora germana esquivó la entrada técnica en recesión (es decir, dos trimestres seguidos de descenso del PIB), la cifra global de crecimiento el año pasado fue del 1,4%, cuando la expectativa era del 1,5%, según datos de Destatis. Es su peor resultado en cinco años, si bien confirma un crecimiento sostenido en los últimos nueve años.
Los pedidos de productos ‘made in Germany’ cayeron un 2,6% en enero, la peor cifra en siete meses