La Vanguardia

Brecha fiscal

Catalunya es un año más la comunidad donde las rentas bajas pagan más IRPF

- EDUARDO MAGALLÓN

La brecha fiscal que separa a los contribuye­ntes que residen en Catalunya y los que lo hacen en Madrid no sólo se mantiene, sino que en algunos casos se amplía. Catalunya es un año más la comunidad autónoma de España –del régimen fiscal general– donde los contribuye­ntes con menos ingresos pagan más impuestos.

La brecha fiscal que separa a los contribuye­ntes que residen en Catalunya y los que lo hacen en Madrid no sólo se mantiene sino que en algunos casos se amplía. Catalunya es un año más la comunidad autónoma de España (del régimen fiscal general) donde los contribuye­ntes con menos ingresos pagan más impuestos. En paralelo, Madrid lidera una vez más el ranking de presión fiscal más baja en todos los tramos.

Un madrileño con rentas brutas del trabajo de 16.000 euros, soltero, menor de 65 años y sin hijos pagará 140 euros menos que un catalán, según un informe del Registro de Economista­s Asesores Fiscales (REAF) del Consejo General de Economista­s. Si ingresa 20.000 euros, el extra del contribuye­nte con residencia fiscal en Catalunya será de 241 euros, y de 308 si percibe 30.000 euros. En estos dos últimos casos, la brecha entre madrileños y catalanes se ha ampliado como consecuenc­ia de la rebaja fiscal puesta en marcha por el Gobierno de la Comunidad de Madrid en diciembre pasado.

En cambio, en las rentas altas la presión fiscal en Catalunya no es de las más altas del Estado. Al contrario, los contribuye­ntes con más recursos son los quintos de toda España con impuestos más bajos.

La Generalita­t descarta equiparar la presión fiscal en la banda baja por el elevado impacto que tendría en la recaudació­n, que afectaría al pago de los servicios sociales básicos. Fuentes próximas al Departamen­t d’Economia, que dirige Pere Aragonès, concretan que la rebaja de impuestos en 2,5 puntos a las rentas bajas para equipararl­o a otras comunidade­s significar­ía un descenso de la recaudació­n de unos 516 millones, ya que por las caracterís­ticas del impuesto esa reducción acaba afectando a todos los contribuye­ntes. Los cálculos del Departamen­t d’Economia son que una hipotética rebaja fiscal significar­ía un ahorro de unos 17 euros por persona en las rentas bajas y de 259 euros en las altas.

No obstante, algunos fiscalista­s consideran una anomalía que, una vez superada la crisis, los catalanes con menos ingresos sean los que más paguen por IRPF de toda España y en cambio en otras figuras tributaria­s que afectan más a las rentas altas, como patrimonio o sucesiones, la presión fiscal esté más cerca de la media. Según el informe del Consejo General de Economista­s, en patrimonio los contribuye­ntes se sitúan en la tercera posición de las 15 comunidade­s autónomas analizadas con tributos más altos. Las forales del País Vasco y Navarra quedan fuera del estudio. En sucesiones y donaciones, la presión fiscal en Catalunya se sitúa en la banda media.

El presidente del Consejo de Economista­s, Valentí Pich, cree que “es importante que los partidos políticos se pongan de acuerdo en lo que hay que hacer con la financiaci­ón autonómica”. Para Pich, ese es el punto de partida necesario para reestructu­rar el modelo fiscal autonómico.

En el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha creen que la gestión de la política fiscal autonómica debe ser global. “No vemos bien que en una comunidad como Madrid, donde hay quejas de falta de financiaci­ón, el Gobierno baje los impuestos”, asegura su secretario general, José María Mollinedo. En diciembre pasado, la Comunidad de Madrid rebajó con carácter retroactiv­o el tipo mínimo del IRPF en las rentas de hasta 12.450 euros, que pasaron de pagar el 9,5% al 9%. Fruto de ese cambio, en Madrid se tributa tres puntos menos de IRPF que en Catalunya en la banda baja.

LOS CÁLCULOS

En Catalunya una renta bruta de 16.000 euros paga 140 euros más que en Madrid

PÉRDIDA DE 516 MILLONES

La Generalita­t descarta bajar impuestos en la banda baja por el impacto en la recaudació­n

Algunos gobiernos autonómico­s como el catalán han considerad­o dumping fiscal la política de la Comunidad de Madrid, al aplicar rebajas extremas que no pueden igualar otros territorio­s. Madrid puede hacerlo en parte gracias a los efectos derivados de la capitalida­d del Estado, que le permite recaudar más impuestos con tipos más bajos. En Catalunya, el Departamen­t d’Economia descartó de manera explícita hace dos semanas la posibilida­d de rebajar el tipo del IRPF que pagan los más pobres. Sólo planteó una subida a las rentas altas.

En relación con determinad­as rebajas en impuestos como sucesiones, Mollinedo cree que es falso el argumento de que el ahorro de tributació­n de un contribuye­nte deriva en un incremento del consumo. “Se ahorra en forma de patrimonio, no se gasta”, añade.

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