La alemana Kramp pone peros al nuevo proyecto europeo de Macron
La sucesora de Merkel al frente de la CDU ve “centralismo europeo” en el plan
Las elecciones europeas del 26 de mayo se acercan, y los gobernantes y líderes políticos de países clave en la UE activan sus mensajes. La sucesora de Angela Merkel al frente de los democristianos alemanes, Annegret Kramp-Karrenbauer, respondió ayer a la carta “a los ciudadanos de Europa” que el presidente francés, Emmanuel Macron, publicó el día 4 llamando a un “renacimiento europeo”. La presidenta de la democristiana CDU es la primera voz política alemana que se pronuncia al respecto, y el tono de su réplica ilustra la disparidad de criterios en el eje franco-alemán.
En un largo artículo en el rotativo Welt am Sonntag titulado Hacer bien Europa, AKK, como se la conoce en Alemania, criticó un supuesto “centralismo europeo” en ciernes, y dejó claro que la idea que tiene de integración europea no es exactamente la misma que la del mandatario francés. Kramp-Karrenbauer desestimó la propuesta de Macron de un salario mínimo europeo, y rechazó cuanto pueda suponer una mutualización de deudas en el ámbito europeo, asunto este que genera amplio rechazo entre los alemanes, siempre temerosos de tener que pagar por conductas a su juicio inadecuadas de países que se endeudan. “Debemos apoyarnos de manera consecuente sobre un sistema de subsidiariedad, responsabilidad propia y obligación asociada”, escribió la líder democristiana. Y detalló todo lo que no le gusta: “El centralismo europeo, el estatismo europeo, la mutualización de las deudas, la europeización de los sistemas sociales, y el salario mínimo, serían la vía incorrecta”.
En suma, AKK rebatió la idea de Macron de establecer en Europa un “escudo social” que garantice a cada trabajador “la misma remuneración en el mismo lugar de trabajo, y un salario mínimo europeo adaptado a cada país”, pero defendió estrategias de “convergencia de las condiciones de vida en los distintos Estados miembros”. Kramp abogó también por “un mercado bancario común”, que a su juicio permitiría a las empresas europeas financiarse ampliamente dentro de la UE.
La líder democristiana también se mostró muy firme en materia de migración, ahondando en el giro que la propia Merkel fue realizando a partir de la oleada de llegadas a Alemania de solicitantes de asilo en el verano del 2015. Kramp-Karrenbauer coincidió con Macron en la urgencia de forjar una política migratoria
La líder no quiere un salario mínimo ni riesgo de mutualizar deuda de los países, y sí más política migratoria
común y de apuntalar las fronteras exteriores de la UE. Pero mientras el presidente francés dijo creer en “una Europa que protege a la vez sus valores y sus fronteras”, AKK prefirió subrayar la importancia de “unas fronteras exteriores seguras para garantizar el sentimiento de unidad y seguridad en Europa”. También sostuvo que la gestión y reparto de los solicitantes de asilo debería ser compartida por los países europeos de modo equitativo.
La cautela germana ante el alegato europeísta de Macron puede leerse en clave electoral más allá de los comicios europeos de mayo. En realidad, el temor de los grandes partidos alemanes, tanto la CDU de Kramp-Karrenbauer como el socialdemócrata SPD –socios en el Gobierno federal junto a los socialcristianos bávaros de la CSU–, se proyecta sobre todo hacia el otoño. Habrá elecciones en tres länder del este del país (Brandemburgo, Sajonia y Turingia), zonas donde la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) tiene cómoda implantación, y podría ampliarla.
Kramp-Karrenbauer, probable candidata a canciller en las elecciones previstas para el 2021, reclamó también en su artículo que Europa sea “miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU”, una antigua reivindicación alemana.