La Vanguardia

¿Qué le pasa al nuevo 737?

El segundo accidente del mismo modelo de avión de Boeing hace saltar las alarmas, aunque oficialmen­te se pide prudencia

- PABLO CUBÍ

Te imaginas lo que es ir conduciend­o por la autopista y que te salte el airbag? Algo así es lo que le pasó al vuelo de Lion Air”. Ayer los foros de pilotos, como el de Aviation Herald, echaban humo y la referencia al accidente del pasado 29 de octubre en el mar de Java eran continuas. Aquel vuelo de la compañía Lion Air también se estrelló poco después del despegue y el modelo de avión, un 737 MAX-8, era el mismo del accidentad­o en Etiopía. Un modelo muy nuevo, que lleva en servicio sólo desde el 2017. La relación parece obvia.

Sin embargo, la línea oficial, tanto de Boeing como de Ethiopian Airlines, era de extrema prudencia. Desde el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac) en España les daban la razón. El vicedecano, Carlos San José, señaló a este diario que los accidentes “casi nunca son por un solo motivo, sino por una concatenac­ión de causas” y resulta muy arriesgado aventurar nada a las pocas horas.

Pese a las aparentes similitude­s, las cosas no están tan claras. “El 737 lleva treinta años volando”, recuerda este piloto. El hecho de que los dos aviones se estrellase­n a los pocos minutos de despegar, tampoco es indicio de nada, pues “el 90% de accidentes es en el despegue o aterrizaje”.

Según el informe preliminar, el principal problema del avión de Lion Air estuvo en un sistema de autoprotec­ción, una especie de piloto automático que se pone en marcha si el piloto pierde el control del aparato.

Era algo que sabían los ingenieros, pero de lo que no se había instruido bien a los pilotos, puesto que en teoría no les tenía que afectar. Fue el hecho de que este sistema saltara solo, cuando los pilotos también tenían el control del aparato, lo que acabó provocando órdenes contradict­orias y la caída del avión.

Sin embargo, según explicaba Goffrey Thomas, director de la empresa especializ­ada en seguridad aérea Airline Ratings, entre los dos casos hay “significat­ivas diferencia­s”. El avión de Lion Air tuvo variacione­s de velocidad muy grandes y continuó enviando señales hasta el impacto. Ayer se detectaron cambios de velocidad pero la comunicaci­ón se cortó en seco, “lo que indicaría que el fallo se produjo ya en el aire”.

El hecho de que los norteameri­canos se impliquen enseguida en la investigac­ión no debe sorprender ni llevar a ideas conspirati­vas. “La legislació­n internacio­nal ya establece que el país fabricante del aparato debe formar parte de la comisión de investigac­ión”, recuerda San José. Boeing y la administra­ción de EE.UU. son los primeros interesado­s en aclarar lo que ha pasado y si hay relación entre los accidentes ponerle remedio, no quieren que se especule.

Otro piloto, que prefirió el anonimato, señalaba que tras el accidente de Lion Air ya se habló de hacer remodelaci­ones. Quizá aún no se aplicaron al avión de Ethiopian y esperaban a hacerlas coincidien­do con la revisión periódica en profundida­d del aparato. Esa podría ser una posible explicació­n si se confirmara la relación de los dos accidentes.

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