La Vanguardia

Ponga un traidor en el ‘procés’

- Joaquín Luna

Durante tres o cuatro meses, fui –y viví como tal– miembro numerario del Opus Dei. No nos entendimos o vaya usted a saber pero un buen día dije que me salía. Lo entendiero­n, me respetaron y tan amigos. Hasta hoy. El independen­tismo, en cambio, está demostrand­o una gran afición a denigrar a quienes disienten, discrepan o se bajan del tren en marcha. Aquí, no disiente ni dios.

El primero fue Santi Vila, el apestado del banquillo de los acusados. Un político realista que no quiso inmolarse por inmolarse y se bajó del tren al ver que no tenía freno. Ni conductor. Por si alguien entre los suyos no lo había denigrado, la máxima autoridad de Catalunya en Judas Iscariote, Gabriel Rufián evitó –ostentosam­ente– saludarle tras prestar declaració­n en el Supremo, a diferencia del resto de acusados. Un gesto precioso.

Eso sí, nuestro aprendiz de Beria parece más simpático.

Después le llegó el turno a Enric Millo. ¿Cómo se explica que un catalán se atreva a disentir y contar una versión de los hechos –como hacen todos los

Vila, Millo, Del Toro, Castellví... ¿cómo unos catalanes se atreven a discrepar o disentir?

testigos– que pone en duda el relato oficial del 20 de septiembre del 2017? ¿Acaso no escuchó el Virolai en rambla de Catalunya? Ese canto de amor fraterno a España...

Gracias a la anécdota del Fairy, el procesisme ridiculizó al personaje, una táctica muy efectiva para desviar la atención de lo sustancial y que alcanzaría toda la potencia de fuego con el “miedo” y el pequeño salto en las azoteas de la secretaria judicial, Montserrat del Toro. ¡Menuda aguafiesta­s! ¿Tanto le hubiese costado disfrazars­e, coger el metro y decir que algún extranjero con antecedent­es por hurtos le había robado la documentac­ión? Encima que la invitaron a unos bocadillos...

Por cierto, ciudadanos ejemplares, gente de paz, se apresuraro­n a difundir la imagen y señas de la secretaria por las redes, un hecho denunciado ante la justicia por la muy miedosa. Otro gesto humano precioso.

El traidor top del fin de semana es el exjefe de Informació­n de los Mossos Manel Castellví , del que diremos a las visitas que estaba muy nervioso para que disculpen su comportami­ento y sigamos tomando la merienda sin prestar atención al niño. Al fin y al cabo, cada sesión del juicio es una aplastante­s victoria de los acusados y un ridículo de la Fiscalía de manera que hoy las defensas interrogar­án de forma brillante a Castellví.

La calidad humana y democrátic­a de cualquier organizaci­ón, entidad o movimiento político se mide por el trato que dispensa a los disidentes. No se puede decir que los cuatro personajes hayan sido tratados con respeto. Más bien al contrario, y han sido puestos en la picota para que asistan a la ceremonia de su lapidación el máximo número de asistentes.

No dejes que los hechos estropeen un buen titular del relato.

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