Carme 106, el acuerdo que no hace feliz a nadie
Los inquilinos y los propietarios del número 106 de la calle Carme del Raval llegaron a un acuerdo, a un pacto que en verdad no hace feliz a ninguno. El vecino Pau Barjuan cuenta que el edificio fue adquirido por una Socimi en el 2015, y que los nuevos propietarios la abandonaron. Aquí viven dos familias y un puñado de jóvenes que pagan unos 800 euros por piso. “Las escaleras se llenaron de toxicómanos. Fuimos la primera comunidad en denunciar administrativamente a los propietarios según la ley de vivienda de la Generalitat. Luego llegaron los burofaxs que decían que no nos iban a renovar. Esta gente tiene otras fincas en Ciutat Vella, y repartimos pasquines por los buzones, colgamos pancartas, fuimos a verlos a sus oficinas...”. El relato de los propietarios es muy diferente. Aseguran que plantearon alternativas según las diferentes situaciones de los inquilinos, y que se gastaron más de 70.000 euros en adecentar los espacios comunes de la finca. “La denuncia que nos pusieron se cerró sin sanciones –cuenta uno de los responsables de la empresa–. No había ningún acoso que multar. Somos unos 70 inversores con 16 edificios con 200 pisos en Barcelona y Madrid. No nos dedicamos a echar a nadie de su casa, sino al alquiler. Esta gente lleva mucho tiempo presionándonos. Y alguno quiso aprovecharse...”. Si la tensión acumulada no lo desmorona todo, unos y otros firmarán por unos tres años y la misma renta. La verdad es que los inquilinos querían contratos de siete años, y los propietarios revisar los precios. Al final todos se están viendo obligados a ceder.